Carta abierta al Ministro de Defensa ya los Presidentes de las Comisiones Parlamentarias de Defensa

07/01/19

El reciente mandato defensivo que me confirió la protección de los miembros de la familia de un militar, graduado del Ejército, que se suicidó en un cuartel italiano, me insta a escribir breves reflexiones para representar la necesidad indiferente de que procedamos, lo antes posible, con la promulgación de directivas estrictas destinadas a prevenir la muerte, lamentablemente en aumento, de los soldados en servicio, tanto en Italia como en el extranjero.

Ante el alarmante fenómeno de los suicidios, que afecta a los militares de todas las armas y, en particular, a los carabineros, así como a las fuerzas policiales, es necesario intervenir para someter a los militares a exámenes médicos periódicos más precisos y en caso de que también existan leves problemas psicológicos, prevén, en el protocolo, el control inmediato del especialista y, en cualquier caso, la exclusión inmediata de los servicios armados o la eliminación del equipo del arma de la ordenanza, a fin de prevenir todo posible. Uso insalubre del mismo para fines autolesivos.

El protocolo también debe prever la transmisión a las Comisiones Parlamentarias, por parte del Estado Mayor de Armas, de datos estadísticos periódicos sobre los controles médicos realizados a los soldados en servicio, de manera que se acentúe la rendición de cuentas de la alta dirección, así como brindar información específica y pública sobre la efectividad de las visitas, destinadas a prevenir y controlar cualquier posible criticidad de carácter personal.

La creciente alarma social vinculada a la percepción de un malestar sordo que atraviesa a los militares no puede ser ignorada, lo que, incluso desde el punto de vista de la inquietud moral frente a los colegas jóvenes y mayores que quitan la vida, dispara repetidamente el riesgo de Un efecto dominó de emulación negativa.

El fenómeno tampoco puede ser relegado a una opción individual, aunque sea acusable y dolorosa, de querer quitarle la vida, frente a la cual registrar, de hecho y de vez en cuando, una indiferencia culpable de las escalas jerárquicas superiores.

Asimismo, el profundo dolor de familias y comunidades enteras no se puede esconder al ver a un soldado - emblema con el que la mayoría de los ciudadanos identifican la Seguridad y Defensa del Estado - que llega al acto extremo de quitarse la vida con las inevitables consecuencias. sobre la percepción, negativa o al menos perpleja, sobre la condición moral de los miembros de las fuerzas armadas y la seguridad pública.

No podemos relegar el preocupante fenómeno de los suicidios militares a elecciones dramáticas, sino individuales, como si cada ejército no fuera una parte unitaria e integrada del cuerpo social organizado para proteger la defensa y la seguridad del estado.

Las noticias alarmantes sobre el tema del suicidio en el campo militar no deben afectar la conciencia del profesionalismo y la dedicación al servicio que nuestros militares escuchan y comunican a la sociedad civil y, en este sentido, debemos solicitar, con este fin y, sobre todo, la máxima atención. los comandantes, en los distintos niveles de responsabilidad, al garantizar, de antemano, la escucha necesaria a las solicitudes de asistencia, a veces no bien expresadas o recogidas, que los militares representan para los superiores, que se encuentran, muy a menudo y como fisiológicos, Para operar en condiciones de alta tensión.

Le ruego, Ministro de Defensa, que reciba y evalúe mi alarmada consideración, con la sensibilidad y la atención que la distinguen y que ha manifestado, en varias ocasiones, sobre temas de gran importancia en relación con la vida militar y la seguridad de los militares. los ciudadanos.

Confío en que querrán tomar esto en cuenta y compartir la preocupación que ciertamente no se escapa a la mayoría, pero que siento el deber de expresar para sensibilizar, una vez más, a las instituciones para enfrentar, en términos decisivos y radicales, un fenómeno grave que necesariamente debe ser reducido y de hecho, eliminados, por todos los medios adecuados, para garantizar la serenidad y conciencia de su papel a cada operador de la Seguridad Pública y Defensa.

Av. Giulio Murano

Casacionista - Asesor Jurídico ISSMI-CASD.

(foto: Ejército de EE. UU.)