El lanzamiento "desde" el 25 de abril

(Para Tiziano Ciocchetti)
22/04/18

En unos pocos días, tendrá lugar el septuagésimo tercer aniversario de la liberación del nazi-fascismo. Veremos las celebraciones habituales, sin sentido, con un presidente que apuntala dedicada a depositar otra ofrenda floral en el Altar de la Patria (ahora símbolo vacío de un vigoroso sentimiento nacional de tiempo), después de lo cual visitará el mausoleo de fueron ardeatinos donde rendirá homenaje a las víctimas de la masacre nazi.

No vamos a tener que aguantar a la entrevista habitual con el giro político en recordar a la población los valores antifascistas (pero el partido fascista no ha existido desde 1945) y la resistencia (una cosmogonía, que se utiliza como un mito fundación del país).

El armisticio dell'8 1943 septiembre, tras la caída del régimen fascista en julio del año anterior, lo que resulta en la fuga del rey Vittorio Emanuele III (con toda la clase política en el remolque) al sur, bajo la protección aliada, se ha producido una grieta en el país, no solo geográfico sino sobre todo moral. El Reino de Italia se sumerge en la forma de guerra más sangrienta, la civil. Será lanzado dos años más tarde completamente aniquilado, tanto económica como políticamente.

Con el advenimiento de la República - con su Constitución - que crea la necesidad de elegir una fecha como día de fiesta nacional, que simboliza el acto de fundación: la elección es 25 de abril, fecha a continuación, institucionalizada por ley ordinaria n.260 del 27 May 1949.

Entonces, durante casi setenta años, Italia tiene como fiesta nacional una derrota humillante.

Una fiesta nacional debería ser un elemento unificador para un pueblo, una razón para el orgullo colectivo o una celebración que mejore la identidad histórica de una nación.

En cambio, la elección del 25 de abril ha significado para los italianos introducir un elemento de división en la estructura social del país, división que aún existe después de más de siete décadas.

Mirando más allá de los Alpes, encontramos una nación como Francia con una marcada identidad nacional, que incluso la innegable derrota en la Segunda Guerra Mundial (así como la trágica experiencia de la República de Vichy) ha sido capaz de erosionarse. El 14 July (Día de la Bastilla, 14 July 1789, marca la entrada de las masas en la Revolución Francesa) no es solo una fiesta nacional, sino también el símbolo de la transición a una nueva era de la humanidad.

Por el contrario, en Italia, con un agudo-vestidor, la izquierda - con la complicidad de los democristianos - querido creer que la liberación de la península, desde la ocupación nazi, era acerca de la resistencia, especialmente la matriz brigadas partidista comunista y socialista. A la inversa, es casi ignorado la contribución de los Cuerpos de Liberación italiano, formado en el Reino del Sur después del armisticio, cobeligerante de los aliados (los verdaderos creadores de la derrota nazi).

Por otra parte, la cultura de la posguerra, ha calificado la guerra entre el 1940 1943 y como la guerra fascista, privándola de una identidad nacional, solamente addossandone responsabilidad de Mussolini y el partido fascista.

Otra operación destinada a dividir al pueblo italiano, como la declaración de guerra entregado a los embajadores de Francia y el Reino Unido, el 10 1940 junio, hubo la firma del rey de Italia Víctor Manuel III de Italia, jefe de estado y el símbolo unidad nacional

Creo que el nuevo Parlamento debería considerar seriamente la posibilidad de abolir el 25 de abril como feriado nacional, también utilizando la herramienta del referéndum, reintroduciendo el del Noviembre 4, que es la victoria en la Primera Guerra Mundial sobre el Imperio Austrohúngaro en el 1918, fecha significativa cuando el proceso de unificación del Reino de Italia comenzó con el Risorgimento.

(foto: Palazzo Chigi / web / Difesa Online)