Rehenes italianos: bizantinismos habituales (deletéreos) del gobierno italiano

(Para Tiziano Ciocchetti)
09/10/20

Mientras que el Primer Ministro Conte agradeció a AISE y Farnesina por la liberación de Maccalli y Chiacchio (a cambio de la liberación de unos 200 yihadistas), secuestrados en Níger en 2018 y 2019 respectivamente por milicias yihadistas, los 18 marineros de Mazara del Vallo, secuestrados por la guardia costera de Haftar durante 40 días, corren el riesgo de convertirse en nuevos caso marino.

Desde las primeras horas del secuestro, como es la práctica de este ejecutivo (pero también de los anteriores), se excluyó inmediatamente cualquier acción militar para liberarlos, prefiriendo explotar el arma diplomática resultante de la habitual política equidistante (pero oficialmente en apoyo de Sarraj), muy anunciado en los últimos años por Italia en la cuestión libia.

Recordemos que en 1985, acaba de tomar conocimiento del secuestro del barco de pasajeros Aquiles Laurel por terroristas palestinos, el gobierno de Craxi hizo que 60 hombres del GOS del SISMI (Grupo de Operaciones Especiales), compuesto por Col Moschin y asaltantes del GOI, fueran transportados en avión a la base británica de Akrotiri en la isla de Chipre, y luego se embarcaron en el 'crucero Vittorio Veneto, esperando recibir la orden de asaltar el barco para liberar a los rehenes. Pero antes de dar luz verde a la operación militar, el primer ministro Craxi probó la tarjeta diplomática, aprovechando las excelentes relaciones de Italia con la OLP, y el intento dio los resultados deseados.

En cambio, en la crisis actual, el gobierno no tiene carriles preferenciales. A los pocos días, en la Farnesina entendieron que el hombre fuerte de Cirenaica no se rendiría tan fácilmente, ya que le gustaría explotar este secuestro para dar a sus seguidores una demostración de fuerza.

Entonces solo queda la tarjeta de los patrocinadores extranjeros de Haftar, en primer lugar Egipto, Rusia y los Emiratos. En las últimas semanas se ha intentado involucrar al Kremlin y al presidente egipcio al-Sisi para presionar al general y obligarlo a liberar a los 18 pescadores: lamentablemente los resultados no han sido satisfactorios. Haftar está ahora fuera de control, una especie de rebelde que ha entendido que no tiene futuro político en la Libia del mañana.

Sigue siendo una última opción diplomática constituida por Francia que todavía tiene cierta influencia en Cirenaica. El problema es que los transalpinos no hacen nada por nada (como todos los demás) y, si su ayuda fuera determinante para la liberación de los pescadores, seguro que nos harían pagar muy caro.

En el secuestro deAchille Lauroa pesar de las enormes dificultades que se habrían presentado en el caso de una acción de fuerza (era la primera vez que un barco de este tamaño era secuestrado), podía contar con dos opciones: la mencionada acción militar y nuestra red de contactos.

Hoy, sin embargo, tenemos que depender de un país extranjero para proteger la seguridad de nuestros ciudadanos.

Foto: Presidencia del Consejo de Ministros.