ReArm Europe/¿Preparación 2030? La disuasión no viene de un arsenal

(Para Andrea Cucco)
01/04/25

En el siglo XX la gente murió por su patria o por la libertad. O al menos eso se creía.

En la Primera Guerra Mundial, millones de jóvenes marcharon hacia la muerte creyendo que estaban defendiendo el honor de la nación. De hecho, muchos ni siquiera sabían por qué peleaban. Pero la retórica los apoyaba: patria, familia, civilización.

En la Segunda Guerra Mundial, los ideales se hicieron más claros: libertad versus totalitarismo, civilización versus barbarie. Incluso los fascistas y los nazis (que no deben confundirse en absoluto) lucharon, cada uno a su manera, por las mismas aspiraciones. Eran visiones de mundo capaces de movilizar, de dar sentido y de crear pertenencia.

Hoy, en un Occidente cada vez más heterogéneo, nos llenamos la boca con términos como “democracia” o “interés nacional”, pero los ciudadanos (a menudo considerados asignaturas) La pregunta surge espontáneamente: ¿Por qué debo sacrificar mi vida?

Los valores a menudo parecen una cortina de humo. La libertad, la disuasión y la seguridad abarcan los intereses económicos (otros), el acceso a los recursos (otros), el control geopolítico (otros).

Pero hoy en día nadie se apunta a "la ampliación del PIB europeo" ni a "la autonomía estratégica de la Unión". ¿Quién está dispuesto a morir por un gasoducto? ¿Por un tratado comercial? ¿Por un presupuesto de defensa común?

El quid de la cuestión es el siguiente: Si faltan ideales reconocidos y compartidos, si todo se traduce en términos financieros o productivos, ¿qué queda como base de la motivación individual para el sacrificio?

Los intereses (personales) pueden explicar las decisiones de la élite, pero no conmoverán, más allá de cierto umbral, los corazones de los soldados ni de un pueblo.

Un joven norteamericano, francés o alemán puede optar por servir, pero no estará dispuesto a hacer el máximo sacrificio por algo que no siente como propio, suficiente y sincero. Nuestros militares ya han experimentado lo que significa matar y morir por justificaciones falsas. A veces ya lo sabían al embarcar, muchas veces lo comprendieron tarde.

En Europa “Parásito y gorrón” ¿Una respuesta popular hará la diferencia? En Ucrania, a la gran mayoría de la gente no le importaba su gobierno, ni las zonas disputadas por los autonomistas o los rusos, pero la torpe actuación de los "hermanos mayores" proporcionó determinación y voluntad de luchar.

Hoy Europa habla de “Readiness 2030”, de rearme inteligente, de autonomía estratégica. Antes incluso de comprar armas, deberías encontrar una razón para usarlas.

Si Europa (y Occidente) realmente quiere prepararse para defenderse, debe responder a una pregunta brutal pero esencial: ¿por qué estamos dispuestos a morir?

El número actual de efectivos uniformados no será suficiente para hacer frente a las guerras que se avecinan.

Il 20 1792 septiembre Voluntarios franceses mal armados y vestidos detuvieron a un ejército poderoso y bien organizado. Fue la victoria del espíritu sobre el metal, del pueblo libre contra la fuerza ciega. En Valmy nació no sólo una República, sino un principio inmortal.

Así que los "vagabundos de Valmy" serán necesarios para tener un elemento disuasorio europeo.. ¿Pero qué les decimos hoy? ¿Que defendemos valores? ¿Estamos defendiendo una civilización? ¿Que defendemos la libertad?

Necesitamos una narrativa verdadera, creíble y compartida. Sin respuestas claras no se construye una defensa, sólo se construye una arsenal.

Con dinero, cuando estás muerto, no puedes comprar nada. Sin ideales nadie está dispuesto a morir. Si estás motivado, pagas el precio más alto, incluso “gratis”.

Los ideales pueden ser falsos, tóxicos y manipuladores. Pero su ausencia es peor: deja el campo abierto a la desilusión, al cinismo, al desinterés o a los flautistas que, tras una bandera hipócritamente pacifista, exponen nuestra yugular a sus principales.

Si Occidente realmente quiere defenderse, no puede contentarse con presupuestos y consignas: Debemos volver a creer en algo que vale más que la vida misma.. Sólo entonces, tal vez, volverán los “harapos de Valmy”. Y esta vez, desde Finlandia hasta Chipre o Groenlandia, hablarán todos los idiomas de Europa... ¡Pero con una sola voz!