Desembarcos en Italia: ¿inmigrantes ilegales o refugiados?

19/07/15

Ya ni siquiera atrae la atención de los medios, tal vez "advertidos" de no enfatizar un fenómeno manejado con enfoques que no siempre son compartidos. El flujo de personas desesperadas que aterrizan en las costas italianas es ahora una realidad con la que convivir todos los días.

Por otro lado, un twitter del ministro Alfano anuncia la captura de un ladrón asesino de la orfebrería de Prati. Un justo aplauso a la Policía pero también una noticia de rutina ya que es un funcionamiento normal del Instituto. Sin embargo, no estaría mal que el Ministro del Interior acompañara estos y otros "edictos exitosos" con algunos comentarios sobre cómo se gestiona el problema de los migrantes y el orden público relacionado y sobre las evidentes "reconsideraciones" de algunos prefectos sobre el desplazamiento de migrantes. , como nos muestran los hechos en las provincias de Treviso y Eraclea.

La situación es cada vez más caótica. Ciertamente no ayuda ni a la gestión del problema ni a una participación compartida y consciente de la población italiana, ciertamente dispuesta a "acoger", pero al mismo tiempo con derecho a exigir garantías para la defensa de su propia seguridad y propiedad privada.

No se aclara nada. Sólo frases recurrentes de conocidos bienhechores que acompañan a la de quienes gestionan la hostelería bajo el lema de "sin ánimo de lucro". Todo al unísono dispuesto a justificar molestias, improvisaciones gerenciales torpes y chapuceras con la palabra "emergencia", utilizada por conveniencia y no porque sea una realidad objetiva. El proceso migratorio está, de hecho, ahora consolidado y con una tendencia absolutamente predecible en el tiempo y cuantificable en números y, por tanto, debe ser abordado con una planificación, aunque en principio (más).

Definirlo como una emergencia ya que nos enfrentamos a una catástrofe natural repentina es, por otro lado, una ejemplificación al menos oportunista porque justifica decisiones que también entran en conflicto con los derechos de los ciudadanos italianos y porque también permite la aplicación de una normativa más "ágil" para las compras. de los recursos necesarios o la asignación de asistencia a los migrantes.

Esta cuestionable definición del proceso en curso se superpone ahora a otra de carácter jurídico. Un sofisma poco claro a la hora de defender la condición de refugiados para los que llegan a nuestras costas pero al mismo tiempo el Poder Judicial detiene a los contrabandistas por "ayudar e incitar a la inmigración ilegal".

Ya ha sucedido en el pasado como ampliamente publicitado por fuentes institucionales y confirmado ayer por la detención por este delito de los dos contrabandistas que trasladaron a la familia de la niña siria Ragad, abandonada a morir en el bote de un coma diabético tras haber arrojado los viales por la borda. la insulina que necesitaba la niña.

Por tanto, surge una pregunta de forma espontánea y me gustaría dirigirla al Ministro de Justicia e Interior: ¿se transportan refugiados o inmigrantes ilegales en botes neumáticos?

Hasta la fecha no está claro. Incluso el Parlamento no espera que se aclare la claridad con preguntas específicas.

Más bien, es preferible seguir hablando de emergencia, una palabra absolutamente adecuada para justificar la ineficiencia, la falta de planificación e incluso la gestión extrema del orden público.

Fernando Termentini