Arbitraje náutico: la vía jurídica hacia el futuro del mar

(Para Maria Grazia Labellarte)
20/05/25

En Italia, el arbitraje náutico sigue siendo una herramienta poco conocida, a pesar de ser un estándar consolidado en los países del norte de Europa y en el resto del mundo marítimo global desde hace años. Comprender plenamente su potencial puede marcar la diferencia para los armadores, los operadores de la industria y los abogados llamados a resolver disputas cada vez más complejas y especializadas.

Nos lo cuenta el comandante Giangiacomo Pisu, figura de referencia internacional en el ámbito marítimo, actualmente piloto jefe del puerto de Arbatax, consultor técnico del Tribunal de Lanusei, analista de inteligencia en zonas de alto riesgo y miembro de la junta del Tribunal Arbitral de Ciencias Náuticas. En esta entrevista exclusiva nos lleva a un viaje a la cultura jurídica del mar y a la aplicación práctica de un sistema alternativo al litigio ordinario.

¿Cuál fue su trayectoria profesional y cómo se acercó al arbitraje náutico?

Mi viaje profesional comenzó desde abajo, en el peldaño más bajo de la jerarquía a bordo de un barco. Comencé a navegar por pasión y amor al mar a los 15/16 años como grumete, continuando mi carrera hasta el rango de comandante a los 27 años, para luego convertirme en comandante superior de larga distancia.

Durante mi carrera he comandado muchos tipos de buques, incluidos aquellos fletados por la OTAN para misiones internacionales, transbordadores, buques de suministro, rompehielos, buques de carga y más. Paralelamente, desde hace aproximadamente 30 años, trabajo como analista en el ámbito de inteligencia e inteligencia marítima en zonas de altísimo riesgo de terrorismo y piratería, para entidades institucionales y privadas.

Actualmente desempeño el cargo de piloto jefe del puerto de Arbatax y consultor técnico del Tribunal de Lanusei para causas relacionadas con la navegación y los accidentes marítimos.

En los últimos años he cursado numerosos másteres de primer y segundo nivel en derecho marítimo, arbitraje comercial internacional, valorización de la propiedad marítima estatal, criminología, negociación operativa e inteligencia estratégica en instituciones altamente cualificadas.

La Cámara de Arbitraje Internacional, según afirmó su presidente, buscaba la excelencia en el ámbito marítimo. Luego de recibir el informe del Presidente del Tribunal Náutico Internacional, Dr. Mignone, el Presidente de la Cámara de Arbitraje, Dr. Rocco Guerriero, evaluó mi CV y ​​me propuso incorporarme como juez arbitral senior y experto. Después de un provechoso encuentro con ambos presidentes, fui elegido por unanimidad miembro de la mesa directiva del Tribunal y del Consejo de Arbitraje del CAI, durante una sesión plenaria en Roma.

¿Cuál es el papel del arbitraje náutico en la resolución de disputas marítimas?

El arbitraje náutico representa una importante herramienta alternativa a la justicia ordinaria, ya que permite ser juzgado por expertos técnicos en el sector marítimo, tanto desde el punto de vista legal como técnico-operativo.

Al confiar en un solo árbitro o en un panel arbitral, las partes obtienen decisiones más rápidas, más especializadas y que se ajustan a las especificidades de la disputa. El laudo arbitral tiene valor jurídico equivalente a una sentencia y por tanto ofrece todas las garantías previstas por la ley.

¿Cuáles son los tipos de disputas más comunes que se manejan mediante arbitraje náutico?

El Tribunal de Arbitraje Marítimo se ocupa de una amplia gama de asuntos, entre ellos:

  • venta, arrendamiento y préstamo para uso;
  • construcción, reacondicionamiento, mantenimiento ordinario y extraordinario;
  • almacenamiento, transporte y botadura;
  • alquileres, arrendamientos y contratos atípicos en el turismo náutico;
  • amarre, remolque, recuperación y arrastre;
  • accidentes marítimos;
  • relaciones laborales entre armadores y marinos;
  • aplicación de la normativa portuaria;
  • valoraciones contractuales.

¿En qué se diferencia el arbitraje náutico de los procedimientos judiciales tradicionales?

Las principales diferencias respecto al proceso ordinario son:

  • Rapidez: el laudo deberá dictarse dentro de los 240 días siguientes a la aceptación del nombramiento por parte del árbitro;
  • Costos ciertos y menores: las partes conocen de antemano los costos, que generalmente son menores que en un juicio ordinario;
  • Especialización: Los jueces son expertos seleccionados en el área específica de la disputa;
  • Confidencialidad: todas las etapas del procedimiento están cubiertas por una obligación de confidencialidad;
  • Ejecutividad: el laudo tiene valor vinculante, puede transcribirse en registros públicos y permite la ejecución forzosa.

¿Cuáles son los principales retos en la aplicación del arbitraje náutico en Italia?

El principal desafío es el desconocimiento de este instrumento legal. En Italia, el arbitraje náutico aún no está plenamente comprendido ni adoptado, a diferencia del norte de Europa y de muchas otras realidades internacionales donde es la norma.

¿Cómo impactan las nuevas tecnologías en el arbitraje náutico?

El arbitraje marítimo utiliza cada vez más tecnologías digitales, tanto para el análisis OSINT como para la gestión remota de disputas menores y evaluaciones contractuales. Sin embargo, la protección de datos y la confidencialidad siguen siendo prioridades máximas para la Cámara de Arbitraje.

¿Se convertirá el arbitraje náutico en un estándar global?

Ya lo es. Los procedimientos de arbitraje náutico ya se adoptan en Nueva York, Londres, Barcelona, ​​París, Dubai, Pekín, Tokio, Singapur y Hong Kong. Italia, con la Corte Internacional de Arbitraje Marítimo, se está alineando con estos estándares.

¿Cuál es tu principal motivación y cuáles son tus objetivos a futuro?

Mi motivación es mi amor por el mar y el deseo de ofrecer, con mi experiencia, una contribución concreta a la difusión del arbitraje náutico como instrumento de justicia especializada.

Con el paso de los años, Italia ha perdido su conexión con el mar. Mi trabajo –y el del Tribunal– es repararlo. Con el apoyo de los Presidentes Guerriero y Mignone, nuestro objetivo es volver a colocar a nuestro país entre los líderes mundiales en arbitraje náutico, centrándonos en la excelencia internacional y la capacitación constante.