CASTRENSIS SERMO

(Para Nicolò manca)
31/08/19

Se sabe que en el mundo militar uno se entrega, sobre todo cuando uno quiere enfatizar la oposición a algo o alguien, al sermo castrensis, el lenguaje de los cuarteles de los legionarios de la antigua Roma.

En los últimos días, la prensa informó sobre la noticia de un teniente de un barco condenado definitivamente por el Tribunal de Casación a 1 año y 4 meses de prisión, 3000 euro multa y pago de costos judiciales por comentar (en su perfil de Facebook en el lejano diciembre del 2015!) con palabras que connotan un crimen (Estado de m ....) El comportamiento del estado italiano con motivo del conocido asunto de los dos fusileros marinos Girone y Latorre.

Los dos fusileros, como se recordará, durante una misión antipiratería a bordo de un barco mercante italiano, fueron entregados al gobierno indio después del accidente que causó la muerte de dos pescadores de Kerala.

La convicción del teniente de la embarcación me trajo de vuelta instantáneamente al 2012 en mayo, cuando por la misma razón protesté públicamente y devolví los honores de caballero, comandante y oficial con esta motivación: "... en protesta contra la gestión que carece de coraje y de orgullo seguido por el Gobierno italiano en el asunto Girone-Latorre ... ".

La forma de la protesta y las palabras utilizadas por el teniente y el escritor del buque son indudablemente diferentes ... ¡pero no la sustancia! Sin embargo, lo que me sacó de quicio (perdón: "me irritó") me hizo correr el riesgo de actuar en un sermo castrensis sin restricciones, fue una tercera circunstancia que tiene mucho en común con las anteriores: la que vio a la protagonista de la senadora de la República italiana, Monica Cirinnà, quien en su perfil de Facebook realizó un cartel con el mensaje edificante "DIO-PATRIA -Familia. CHE VITA DE MERDA ".

Es innegable que la sustancia del juicio de Cirinnà "vida de mierda" está inevitablemente asociada con el objeto trinomial del juicio, "Dios-Patria-Familia". Sin embargo, para quienes escriben, ha sido un incentivo aún más fuerte el lenguaje grosero que entre aquellos que deberían haber sentido el deber de censurar o denunciar al senador gentil, nadie ha dado un golpe: el silencio de la parte que pertenece a Cirinnà, el silencio del Quirinale, el silencio del Vaticano y silencio del poder judicial, el mismo que ha condenado al teniente del buque citando motivaciones académicas.

Sigue habiendo un sabor amargo en la sospecha de dos pesos y dos medidas adoptadas en todos los tribunales, tanto judiciales como políticos, al evaluar los delitos contra las instituciones. Tampoco vale la pena discutir las tesis académicas sobre si el objeto del delito es el estado o la nación o el gobierno o la patria o la familia o las personas con su historia, su cultura y sus tradiciones, sin excluir las religiosas: son disertaciones quienes saben que pertenecen a la política más que a la ética y el respeto mutuo.

Para querer expresar un juicio sumario sobre estos dolorosos eventos, nada mejor que permanecer en el tema utilizando la fórmula que hizo famoso Napoleón General Cambronne: "Merde".