Se invoca al Ejército para garantizar la movilidad. Pero...

(Para Gianluca Celentano)
14/01/22

La solicitud proviene del presidente de CULOS Furio Truzzi, tras las nuevas restricciones antipandemia que están diezmando aún más al sector de los servicios públicos ya golpeado fuerte y a la espera de nuevos refrigerios. L'Asociación Nacional de Usuarios de Servicios Públicos, nació en enero de 1982, para proteger y promover los derechos fundamentales de los consumidores, en particular de los usuarios de los servicios públicos.

Con una nota al primer ministro Draghi, al ministro de Salud Roberto Speranza y al general Figliuolo, comisionado extraordinario, Truzzi pide esencialmente, además de un uso sinérgico de las Fuerzas Armadas y la policía para combatir las violaciones anti-covid, el uso de conductores y maniobras militares. para garantizar la movilidad de autobuses y trenes.

Un enemigo insidioso y demasiada confusión y palabras.

Desde el estallido de la pandemia (pero ya en los últimos meses de 2019 hubo hospitalizaciones anormales por neumonía), actividades preventivas como la lockdown para garantizar la seguridad de los ciudadanos, activando el tercer sector voluntario para atender las necesidades. Sin embargo, con un enemigo invisible y misterioso que ha generado, como era de esperar, una tendencia fluctuante de eficiencia y credibilidad, hoy la relación entre ciudadanos y política está más que nunca en discusión. Demasiadas declaraciones, contradicciones y palabras en los medios de comunicación que han creado ruptura ideológica y tensiones entre los ciudadanos y quizás demasiada desconfianza, además de los graves riesgos de quiebra empresarial.

El Ejército y la defensa de la patria

Si hay un enemigo tiene que haber también un ejército que intervenga en protección civil, y lo que pide Truzzi éticamente no da un giro, al menos si lo comparamos con esa delirante política que, habiendo hecho mal las cuentas en las autonómicas y municipales presupuestos, llamó a las Fuerzas Armadas a despejar las calles o repavimentarlas.

Dejando de lado los aspectos contradictorios de esta emergencia, la idea podría funcionar, pero hay muchos "peros". Entre ellos está el bochornoso hecho de que una vez más se pone en tela de juicio al sector militar por tareas que no se ajustan debidamente a sus funciones. Si estuviéramos hablando de trenes hospitales gestionados por el genio ferroviario y Sanità, no habría nada que comentar, si es que algo que elogiar. En este sentido, señalamos que en la estación de Bolonia está activo el regimiento de ingenieros ferroviarios de Castel Maggiore y alguna otra indiscreción indicaría la presencia de soldados en otras estaciones de Emilia Romaña.

Podríamos preguntarnos cuántos autobuses tienen que utilizar las Fuerzas Armadas para trayectos urbanos o regionales, pero este es un dato sobre el que no hay información.

Militares en autobuses civiles

Esta solución, a la que podrían añadirse los conductores de los cuerpos auxiliares, podría haberse seguido sobre todo si los conductores militares pudieran conducir los autobuses civiles que obviamente representan un número mayor. Precisamente en virtud de los muchos "peros" uno se pregunta por qué no hay suficientes conductores civiles. Recordemos que durante la Segunda Guerra Mundial fueron las mujeres las que reemplazaron a los hombres, llamados al frente, para maniobrar los tranvías.

¿Qué hay detrás de la escasez de conductores?

Si es cierto que las normas decretadas por la última Dpcm del gobierno de Draghi han enterrado aún más el sector del transporte por carretera, también lo es que muchos conductores dieron positivo aunque fueran totalmente asintomáticos, por lo que fueron suspendidos cautelarmente del trabajo como era de esperar.

La verdad sobre la escasez de conductores es en realidad otra, un poco más inconveniente: los sueldos que llevan veinte años inactivos reconocen al conductor un salario de 1.400 euros (muchas veces menos) por un trabajo diario de 12 horas sin horas extras. Este parámetro, 140, es el que se propone incluso cuando cambias de empresa, pero tienes años de experiencia.

En los contratos de alquiler las cosas son aún peores por eso se han establecido los puntos de avituallamiento aprobados por el ministro Giavannini, pero ¿qué va a parar al bolsillo de los conductores? Si a esta realidad le sumamos los problemas no resueltos que el conductor encuentra a diario con los pasajeros y en la ruta, la idea de cambiar totalmente de trabajo es realmente genial. El problema no se soluciona ni manejando al conductor extracomunitario más diligente dispuesto a todo. De hecho, ellos también huyen.

Foto: autor