Taiwán y la salud mundial: una voz externa a la OMS que el mundo debería escuchar

(Para Giuseppe Morabito)
19/05/25

Del 19 al 27 de mayo, Ginebra acogerá la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud, un evento crucial donde los miembros de la OMS (Organización Mundial de la Salud) discutirán los principales desafíos de la salud mundial. Sin embargo, también en esta ocasión la República de China-Taiwán queda excluida del procedimiento..

Taiwán ha contribuido significativamente a la salud pública internacional durante años. Durante la pandemia de Covid-19, demostró la excelencia de su sistema de salud mediante una gestión rápida y eficaz de la crisis, acompañada de actos concretos de solidaridad: se donaron más de 7 millones de mascarillas, respiradores, viseras protectoras y otros materiales médicos a los países más afectados, incluido el nuestro.

Además, Taiwán ha adquirido una sólida experiencia en cooperación sanitaria internacional, proporcionando asistencia médica y programas de capacitación para trabajadores de la salud en países socios.

Italia y Taiwán comparten una visión común: reconocer la La salud como derecho humano fundamental y comprometerse con la cobertura sanitaria universal, para que todos puedan acceder a servicios de salud de calidad, asequibles y sostenibles.

Al igual que Italia a través de su Servicio Nacional de Salud, Taiwán también ha establecido, desde 1995, un sistema nacional de seguro de salud que hoy cubre al 99,9% de la población, convirtiéndose en un modelo mundial.

Frente a los desafíos actuales, Taiwán e Italia siguen apoyando los objetivos de la OMS, comprometiéndose con la seguridad sanitaria mundial, para que nadie quede atrás.

A pesar de ello, Taiwán sigue excluido de la Asamblea de la OMS y de numerosas reuniones técnicas por razones políticas, basándose en la interpretación errónea (según Taipei) de la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU y de la Resolución WHA25.1 de la OMS.

Es fundamental subrayar que ninguna de estas resoluciones menciona a Taiwán ni autoriza a la República Popular China a representarlo en el sistema de las Naciones Unidas o la OMS.

Según las últimas noticias procedentes de Taiwán, Pekín ha intensificado sus incursiones aéreas y navales alrededor de la isla, promoviendo cada vez más la causa de la "reunificación". La ley antisecesión de China autoriza explícitamente el uso de la fuerza militar si Taiwán declara su independencia o si la reunificación pacífica resulta imposible.

En una señal de crecientes tensiones, la Embajada de China en Estados Unidos declaró recientemente: "Si lo que Estados Unidos quiere es la guerra —ya sea arancelaria, comercial o de cualquier otra índole—, estamos dispuestos a luchar hasta el final".

En este contexto de inestabilidad, la histórica política estadounidense de “ambigüedad estratégica” respecto a una posible intervención militar en defensa de Taiwán parece volverse cada vez más incierta, especialmente con la activación de la nueva administración “Trump 2.0”, convirtiendo la evolución geopolítica en el Indo-Pacífico en un verdadero enigma estratégico.

En estos días, Taiwán simplemente pide cumplir con su responsabilidad internacional participando en los esfuerzos de salud mundial sin obstáculos políticos. Su presencia, aunque sea como observador en los órganos técnicos de la OMS, parece esencial para garantizar que la salud pública sea verdaderamente un derecho universal.

En este contexto, es importante recordar que el 12 de marzo de 2025 la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados aprobó el documento final de la investigación de los hechos sobre el Indopacífico, y ya el 18 de septiembre de 2024 había adoptado un Resolución en apoyo a la participación internacional de Taiwán. Esto demuestra el creciente reconocimiento, también en Italia, de la necesidad de un enfoque inclusivo, basado en valores compartidos de democracia, respeto y solidaridad.

Por lo tanto, es urgente seguir apoyando la causa de Taiwán y pedir a la OMS que adopte un enfoque basado en el profesionalismo y el respeto mutuo, que permita a Taiwán participar en la AMS, los mecanismos técnicos y las negociaciones cruciales, como el Acuerdo Global sobre Pandemias.

Taiwán, una democracia vibrante de 23 millones de personas, espera la posibilidad de una cooperación cada vez más estrecha con la comunidad internacional para hacer realidad la visión de la OMS: “La salud es un derecho humano fundamental y nadie debe quedar excluido”.

A pesar de la presión y las demostraciones de fuerza de Pekín, Taiwán está dispuesto a hacer su contribución.
No cerremos la puerta a la salud global. El mundo realmente no lo necesita.