Cuba regresa al juego de los grandes poderes.

(Para Andrea gaspardo)
04/03/19

El reciente recalentamiento de las tensiones geopolíticas en el área de América Central y el Caribe ha atraído la atención internacional sobre el papel de Cuba en el equilibrio político regional y más allá. La apertura política perseguida durante su segundo mandato por el presidente Obama había llevado a la mayoría de las personas a creer que ya había comenzado una nueva fase de relaciones entre "el poder en las estrellas y las franjas" y "la isla rebelde". Sin embargo, la historia ha querido de manera diferente y el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pronto envió todos los planes de normalización al ático con el régimen de Castro. Esto ha convencido a los líderes políticos de la isla caribeña a optar por un fortalecimiento de las relaciones con los antiguos aliados del período de la Guerra Fría (¡incluso recordando que estas relaciones nunca se habían interrumpido!). Aquí, por lo tanto, que La Habana ha inaugurado una nueva temporada de relaciones económicas con la República Popular China y ha garantizado su apoyo diplomático a Siria e Irán, ambos en la perspectiva de Occidente durante los Diez Años del siglo XXI (Guerra Civil Siria). Pero los desarrollos más interesantes fueron, sin duda, los que vieron a Cuba como protagonista en la recuperación de una relación dinámica con Rusia y Corea del Norte. De hecho, es un interés tanto de Moscú como de Pyongyang que La Habana continúe actuando como un "puesto de avanzada" para las respectivas proyecciones estratégicas en América Latina. No solo Los años de la Guerra Fría, del liderazgo de Fidel Castro y de la intervención militar y civil en los países de América Latina, África, Oriente Medio e incluso Asia, han dejado un prestigio internacional a los líderes cubanos, especialmente entre los países del Tercer Mundo. Mundo todo menos despreciable.

No hace falta decir que la capacidad cubana de organizarse en los "frentes internacionales" reales de las Naciones Unidas, y pescar especialmente entre las filas de "Países No Alineados" es tentadora para todas esas potencias como Rusia y Corea. Norte (¡pero no solo!) Que periódicamente se ven obligados a "cruzar los cuernos" con la superpotencia estadounidense. Además, la perspectiva de una degeneración de las crisis político-sociales que han devastado a Nicaragua y Venezuela, países que tienen una relación muy estrecha con Cuba, ha aumentado considerablemente la posibilidad de que, en un futuro cercano, las "Fuerzas Armadas Revolucionarias" (nombre oficial de las Fuerzas Armadas de Cuba) puede intervenir militarmente en el lugar en apoyo de los gobiernos de esos dos países. Como resultado, tanto Moscú como Pyongyang han decidido invertir fuertemente para acelerar el proceso de modernización de las fuerzas armadas de su aliado exótico. Rusia, en particular, fue el mayor financiador y proveedor de armas para el estado de Castro durante la Guerra Fría, tanto que incluso hoy en día el núcleo de los arsenales de Cuba consiste en sistemas de armas comprados en ese momento. Por esta razón, Moscú ha decidido otorgar, en noviembre de 2018 y en febrero de 2019, dos préstamos por un monto de 50 y 43 millones de dólares, respectivamente, para permitir que Cuba compre repuestos para vehículos suministrados a sus fuerzas armadas. Y comenzar un proceso de modernización de la misma. Sin embargo, estas "ayudas" esconden algo mucho más ambicioso. Como declaró recientemente el propio Ministro de Defensa de Rusia, Sergey Shoigu, la intención final de Moscú no es simplemente "apoyar a Cuba", sino "transformarla en una entidad capaz de marchar sola y capaz de cooperar con Rusia". también desde un punto de vista técnico-industrial para la producción de nuevos tipos de armamentos (especialmente ligeros) y para garantizar el desarrollo de una base industrial estable para Cuba.

A pesar del final nominal de la Guerra Fría, los grandes todavía continúan cortejando a "la perla del Caribe" hoy.

De archivo: MoD Fed. Russian