El rearme del sol naciente

(Para Antonio Vecchio)
05/06/20

El gobierno japonés aprobó un nuevo aumento anual en diciembre pasado1 gasto de defensa (octavo año consecutivo) para la compra de aviones furtivos, misiles interceptores y otros equipos.

El presupuesto de defensa para el año fiscal 2020, después de esta nueva medida parlamentaria (dominada por el Partido Liberal Democrático del Primer Ministro Shinzo Abe), aumentará en un 1,1% para llegar a 5,31 billones de yenes (47,6 billones de dolares)2.

Lo que sería la norma, aún más si está rodeado de vecinos voluminosos como China y Corea del Norte, lo es mucho menos para el Sol Naciente, cuya Constitución, escrita a cuatro manos con los Estados Unidos, prohíbe expresamente el uso del fuerza para la resolución de disputas, relegando al instrumento militar solo un uso meramente defensivo (se llama a las fuerzas armadas Fuerzas de autodefensa, SDF).

No obstante, Japón se mantiene, en proporción, entre los estados que más gastan en defensa en el mundo: en menos de una década, los créditos han aumentado en casi un 15% (pero nunca superando el 1% del PIB).

En una entrevista reciente con el Financial Times, el ministro de defensa, Taro Kono, relacionó la carrera armamentista con la "ansiedad global" que surgió de la política china.

Un temor que justifica la asignación de recursos siempre nuevos en capacidades avanzadas de defensa aérea y la adquisición de armas y equipos navales y terrestres.

"Estamos implementando una capacidad de defensa altamente efectiva, tanto en términos de fortalecer nuestra capacidad para administrar el entorno de seguridad nacional como de la gestión eficiente de gastos3", siempre le dijo a FT Yoshihide Suga, jefe de gabinete del Ministerio de Defensa de Tokio, hace algún tiempo.

Con esta última medida presupuestaria, en 2020 Japón comprará nueve cazas F-35 de los Estados Unidos a un costo de 107,4 millones de yenes (los primeros seis en la versión STOL), capaces de operar desde pequeños portaaviones y pistas de aterrizaje cortas .

Se proporcionará una cantidad desconocida de aeronaves para patrullaje marítimo y reabastecimiento en vuelo que se relacionarán con el fortalecimiento de la capacidad de disuasión en las islas Senkaku4, disputado durante mucho tiempo con Beijing.

El presupuesto de 2020 también asigna 28 mil millones de yenes por primera vez para un nuevo programa nacional de caza que se espera que reemplace al F2 que se acerca al final de su carrera (para 2035).

La administración Trump está presionando para que se elija como socio de una empresa estadounidense en lugar de BAE Systems, con la que habría contactos existentes; sin embargo, la opción de desarrollar y producir el nuevo avión en casa está abierta.

La política japonesa de rearme es hija de la "doctrina Abe", que prevé el fortalecimiento de las capacidades militares en múltiples dominios operativos.5 (capacidad de dominio cruzado), también en respuesta a las crecientes solicitudes del aliado estadounidense, esencialmente motivado por razones prácticas, como la posibilidad de cooperar "en pie de igualdad" con un aliado creíble y eficiente en el Pacífico y en el mar chino; y, comercialmente, la apertura a la inmensa capacidad de producción estadounidense de un nuevo mercado.

El primer ministro Abe, como decían, es el arquitecto de la nueva política de defensa japonesa. Desde 20136 estableció el Consejo de Seguridad y lanzó la Estrategia de Seguridad Nacional, que en conjunto representan los arquitrabes de la renovada postura de defensa japonesa.

Siempre a él hay que atribuir el aumento, en todos estos años, de gastos militares y militares reinterpretación, en 2016, por la Dieta (el cuerpo legislativo de Japón, ed), del artículo IX de la Constitución que establece el derecho del país a ejercer el derecho a la defensa colectiva.

En el área de operaciones de dominios cruzados, hay tres prioridades de defensa.

Primero elespacio exterior, el espacio profundo, al que Tokio ha asignado para 2020, unos 50,6 millones de yenes, que se gastarán para desarrollar una capacidad operativa total en el campo de las comunicaciones por satélite, la recopilación y evaluación de información (imágenes de satélite) y la autodefensa misil (un presupuesto adicional de 52,3 mil millones de yenes se ha dedicado a este último). En este contexto, Japón es la primera nación en cooperar militarmente con los Estados Unidos en el sector espacial.

Luego está el sector de la seguridad cibernética, a los que se han asignado 25,6 millones de yenes. Además del establecimiento de una nueva "unidad de protección cibernética" dentro de la fuerza de autodefensa de la Tierra (GSDF), se dará un impulso, a través de una estrecha cooperación con el Comando Cibernético de EE. UU., Al uso de inteligencia artificial en defensa cibernético, la seguridad de dispositivos en red y la consolidación de habilidades profesionales individuales.

Finalmente, las capacidades de defensa se fortalecerán en el "dominio electromagnético" con 15 mil millones de yenes destinados al desarrollo de un "Electronic Warfare Aircraft Stand-off" y 3,8 mil millones adicionales para realizar investigaciones sobre un "Dispositivo de guerra electrónica antiaérea" con la tarea de neutralizar los radares de los aviones enemigos con ondas de radio emitidas desde el suelo.

También se adquirirán tres aviones de combate F-35A por 28,1 mil millones de yenes (se usarán otros 37,4 mil millones para su mantenimiento); seis cazas F-35B por 79,3 mil millones de yenes (23,5 mil millones para mantenimiento); y un "Sistema de guerra electrónica de red" para analizar señales y bloquear la comunicación (10 mil millones).

La SDF planea fortalecer en el campo de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) y en el de "capacidad de misiles y defensa aérea global".

6https://www.ispionline.it/it/pubblicazione/si-vis-pacem-para-bellum-il-n...

Foto: JMSDF / Departamento de Estado de EE. UU. / Ministerio de Defensa de Japón / Fuerza Aérea de EE. UU.