Lo llamaron "Eln - Farc - Maduropoli"

(Para María Gracia Labellarte)
22/01/20

Venezuela está experimentando una dramática nueva fase "revolucionaria", como una alianza potencial entre las FARC y elEjército de Liberación Nacional, la amenaza que representan estos grupos podría aumentar drásticamente, tanto para las repúblicas bolivarianas como colombianas.

Ya en 2018 y el año pasado, a lo largo de la frontera colombiana, elEjército de Liberación Nacional Colombiano (Eln), distribuiría raciones de alimentos, suministradas por el gobierno venezolano, a la multitud de ciudadanos ahora en desorden. La oportunidad fue aprovechada por el grupo rebelde, con el objetivo de consolidar su presencia en Venezuela y fortalecer los posibles vínculos con la administración del presidente Nicolás Maduro, como luego subrayó un observatorio de análisis colombiano.

Sin embargo, el ELN habría llevado a cabo, durante muchos años en Venezuela, actividades de dudosa legalidad, entrelazando las relaciones con la administración de ese país. Además, algunos líderes de grupo vivirían en Venezuela o estarían presentes de una manera importante, especialmente en estados fronterizos como Apure y Táchira.

Actualmente, Venezuela también actuaría como una base logística para los disidentes de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como lo describen ampliamente las fuentes colombianas.

Proveedor de los principales corredores del tráfico ilícito de guerrilleros, la República Chavista sigue en su función de base logística para escapar de la presión de las fuerzas de seguridad colombianas y para el entrenamiento y suministro de las armas de los propios disidentes.

Se multiplican los rumores de que la nueva organización criminal venezolana está compuesta por desertores del proceso de paz, "Obteniendo así, en el país, un ancla de salvación económica y un refugio seguro para reagruparse y reconsolidar sus fuerzas".

Se cree que los ex rebeldes de las FARC son las piedras angulares de los movimientos armados venezolanos, particularmente el grupo "colectivos" que recuerda su papel en el bloqueo de la ayuda humanitaria al país el año pasado.

Estas "pandillas progubernamentales" formadas por 50-100 niños en bicicleta escondidos entre la multitud abrirían fuego en varias ocasiones contra los manifestantes anti-Maduro.

En todos los países latinoamericanos, las organizaciones populares siempre han sido sinónimo de "movimientos de izquierda". A principios de la década de 2000 en Venezuela, por ejemplo, estos fueron reconocidos en los círculos bolivarianos, pero ya en la década de XNUMX estaban presentes en el territorio.

Sin embargo, es importante enfatizar que cada grupo dentro de Los Colectivos tiene diferentes formas y objetivos, que van desde el trabajo social hasta la propaganda política y las acciones paramilitares. El surgimiento de estos grupos en Venezuela ha aumentado indudablemente con la llegada al poder del ex presidente Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana.

En 2011, existían unos 10.800 movimientos sociales, compuestos por unas 35.500 personas. Según los reclamos del gobierno y sus partidarios, el propósito de estos grupos es principalmente cultural, ideológico y pacífico. Sin embargo, habría pruebas contundentes que vincularían a algunos de los integrantes de estos grupos con el control político y la violenta represión de las protestas pacíficas que generaron, en 2014, cerca de 33 muertos y cerca de 1.700 detenidos.

Entre "Los Colectivos" destaca la presencia de los Tupamaros, definidos como el brazo armado del chavismo. Es una organización política cuya tendencia es marxista - leninista, y cuyo nombre está inspirado en el grupo uruguayo de Tupamaros, una organización urbana "guerrillera".

Los orígenes de este grupo venezolano se remontan a 1989, un año antes de que apoyaran la candidatura a la presidencia de Hugo Chávez.

Los grupos en Caracas no solo recibieron armas del gobierno, como denunciaba la oposición, sino que también estaban equipados con motocicletas, equipos de comunicación, sistemas de vigilancia y toda autonomía para ejercer el control y la autoridad sobre el cerros de Caracas.

Como bien explicó El País Colombia, se extendieron por todo el país con la aprobación del gobierno y la complicidad de las fuerzas armadas, atacando y amenazando a quienes expresan su desacuerdo con el modelo socialista que dejó al difunto Chávez.

Sin embargo, cuando se les pregunta sobre el propósito esencial de estos grupos, los proponentes argumentarán que están comprometidos con la educación, la política, la cultura, el deporte, la música, la salud y la educación.

Por lo tanto, la República Chavista sigue siendo, como se mencionó anteriormente, un refugio, probablemente, para los ex comandantes de las FARC que terminaron su cooperación con el proceso de paz y se escondieron en 2018, debido a su insatisfacción "con la gestión del proceso por parte de parte del gobierno colombiano ".

Sin embargo, Maduro no mostró un apoyo abierto a la presencia rebelde en Venezuela, su actual debilitamiento en el control del territorio del país y las fuerzas de seguridad criminal permitieron, por lo tanto, que los movimientos disidentes de las FARC prosperen y se consoliden en el país.

Por último, el caso de los "narco-sobrinos", es decir, los nietos de la esposa de Maduro, acusados ​​de tráfico de cocaína de las FARC, sigue siendo emblemático.

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