Las células italianas en jihadismo global

(Para Roberto Colella)
09/02/15

La amenaza terrorista también hace temblar a Italia. El aspecto que más preocupa a los servicios secretos italianos se refiere a algunas células. Hoy, Al-Qaeda puede definirse como una organización terrorista mundial, flexible y basada en células, compuesta de numerosas células cuyos miembros no se conocen entre sí, de modo que en el caso de una pérdida celular, los otros seguirán operando.

En la región de Campania, la presencia de argelinos vinculados al Grupo Salafita para la Predicación y el Combate está muy extendida, nacida de una división dentro del GIA (Grupo Armado Islámico). Una organización vinculada al terrorismo con sucursales en toda Europa, dedicada principalmente al tráfico internacional de documentos falsos, con conexiones a las áreas de Vicenza, Milán y especialmente Santa Maria Capua Vetere.

La génesis de estas células islamistas en Italia fundada sobre una base étnica se remonta a los años ochenta y noventa. A principios de los años noventa, grupos de terroristas argelinos se establecieron en nuestro país. Usan Italia como base logística y para hacer proselitismo.

Pero a la luz de la masacre de Charlie Hebdo, ¿qué papel tienen las células italianas?

Su papel, hasta ahora, era solo logístico. Están especializados principalmente en la fabricación de documentos falsos, para otros grupos, para ellos mismos, para Al-Qaeda.

Los terroristas islámicos en nuestro país generalmente provienen de clases burguesas de nivel medio. Emprendedores, comerciantes, gestionan empresas de importación-exportación, call centers. Pero también hay profesores, estudiantes, técnicos especializados, artesanos, electricistas, trabajadores simples, desempleados.

Oficialmente, también pueden establecer actividades comerciales autónomas, como fue el caso de un grupo milanés que había establecido una empresa de servicios de limpieza en Gallarate, solo para descubrir que no tenía ningún negocio. Se han descubierto importantes células a lo largo de los años en Milán, Roma, Turín, Nápoles, donde se han registrado, arrestado, juzgado e incluso condenas.

En febrero de 2002 en Milán que se llevó a cabo el juicio de los miembros de la célula de Túnez del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, células que operan en Lombardía. Ellos fueron infligidas un total de cuatro frases: cinco años de prisión por Muhtar Bususa y al-Sayyid al-Sami bin Humays, "Omar el emigrante", considerado el líder de la célula. Como se ha señalado por el fiscal de Milán Stefano Dambruoso, titular de la investigación, que fue el primer gobernante en Europa, después de la 11 septiembre reconocido una célula Europea tenía vínculos con el Frente Islámico Internacional de Osama bin Laden.