Lucha contra el narcotráfico: cooperación militar transfronteriza entre Brasil, Colombia, Perú y Bolivia

(Para Maria Grazia Labellarte)
08/11/16

El consumo de cocaína en América del Sur aumenta constantemente y proporciona un mercado en constante crecimiento para los grupos del crimen organizado. Según un informe de la ONU, el número de consumidores en el área de América Latina se habría duplicado en los últimos años, cifra confirmada en Europa, pero que se contradice con la disminución en los Estados Unidos. 

Área de productores y proveedores, Sudamérica es testigo de un crecimiento del mercado local, gracias a las alternativas logísticas ofrecidas, menos costosas que el mercado externo.  

Actualmente, uno de los mayores proveedores del mercado interno es Bolivia. Bolivia, un país que produce cocaína local y un distribuidor del comprado en Perú, Bolivia suministra esencialmente a organizaciones criminales brasileñas como Comando Primeiro de Capital - PCC e Comando Rojo. Brasil es de hecho el primer país en el área de consumo de cocaína y sus derivados, como por ejemplo il basuco, Residuos de la refinería de coca.  

Es importante subrayar, sin embargo, que en toda el área latinoamericana la lucha contra el narcotráfico está en constante evolución y bien estructurada, al tiempo que se busca avanzar hacia la cooperación transfronteriza entre las distintas autoridades militares y fuerzas de investigación.

Recuerde en este último año, por ejemplo, elOperación Quijarro, (conocido por la importante batalla legal contra  WhatsApp: 'Gestor de aplicaciones, en la que' Dell tiempo, se negó a liberar las conversaciones entre los traficantes): la iniciativa transfronteriza vio a varios funcionarios de Brasil, Perú y Bolivia han firmado un acuerdo para la creación de un centro de inteligencia Policía trilateral especializada en la lucha contra el narcotráfico.

Otro ejemplo práctico de la lucha contra la trata que nos brindó en 2016 es el de la operación conjunta de los ejércitos de Brasil, Perú y Colombia en la región fronteriza común con la Amazonia. El objetivo era mejorar la capacidad de cooperación de las fuerzas militares en la lucha contra el narcotráfico y los grupos criminales, particularmente dedicados a la minería ilegal.

La operación involucró el mayor despliegue de soldados del Amazonas por parte de la CMA (Comando militar de la Amazonía), uno de los comandos territoriales brasileños. Incluyendo los estados de Acre, Amazonas, Rondônia e Roraima, involucra la duodécima región militar, con sede en Manaus en la Amazonía. El Comando cuenta en su estructura organizativa con las mejores unidades reconocidas para el combate en la selva, conformadas por indígenas de la región amazónica y soldados de otras zonas pero con similar experiencia; El Jungle War Center, especializado en la formación de personal, también está subordinado a él.

En 2016, la operación conjunta involucró a unos 1.426 hombres en un área de 1.150 kilómetros de largo y 1.082 kilómetros de ancho, que marcharon en el interior de Brasil entre los estados de Amazonas y Acre. Uno de los principales objetivos de la misión era tratar de reducir la destrucción del medio ambiente, provocada por la extracción clandestina de oro y otros minerales, financiada por grupos criminales transnacionales. los CMA, en el frente brasileño habría desplegado tres brigadas, tres batallones unidos a fuerzas especiales. Colombia y Perú han mejorado el intercambio de información y la coordinación entre unidades vecinas.

(Foto: Centro de instrucción de guerra en Selva)