El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Adm. Giuseppe Cavo Dragone, y su homólogo del Gobierno de Unidad Nacional Libia (Trípoli), gen. Muhammad Al-Haddad, firmó en Roma un acuerdo que encomienda a Italia la tarea de entrenar a las fuerzas especiales libias.
El almirante Cavo Dragone subrayó la importancia de la cooperación entre Italia y Libia también en materia militar, también dada la inestabilidad regional del Mediterráneo ampliado.
Es un paso adelante que implica también una remodelación de la presencia militar italiana en el país africano. La misión italiana en Libia, centrada en el apoyo médico en Misrata, puede asumir un papel más "técnico" y más pertinente para la protección de los intereses nacionales de Roma en su antigua colonia; intereses que no son única y exclusivamente energéticas ni están vinculadas al tema de la inmigración, pero que son también -si no sobre todo- político-militares.
Es de fundamental importancia para Roma apoyar -así como para Ankara- proyectos como el que prevé el establecimiento de batallones unitarios Trípoli-Cireneos (prodrómicos a la reunificación del ejército libio) para ser enviados, presumiblemente a Fezzan, porque la reconstitución unitaria de las Fuerzas Armadas está en la base de la estabilización de Libia y por tanto un golpe a la injerencia exterior de potencias que, con su presencia, erosionar la ya débil influencia italiana.
