45 HORAS: Veteranos y un diputado llevan ayuda humanitaria a Ucrania

(Para Gian Pío Garramone)
16/03/22

Punto de encuentro en las afueras inmediatas de Milán, todos convergemos para dar un arreglo final a los vehículos y partir hacia Ucrania. Son las 8.00 horas del viernes 11 de marzo y aquí comienza mi relato de una experiencia que duró 45 horas ininterrumpidas para llevar ayuda humanitaria dentro del territorio ucraniano.

La iniciativa, en la que tuve el honor de participar, fue impulsada por dos asociaciones de veteranos de las Fuerzas Armadas y muy popular en las redes sociales, como Chicos buenos en malas tierras e No Dolet Italia. El mismo contó con el apoyo activo del Excmo. Metteo Perego de Cremnago. La iniciativa contó con el apoyo de la gran cadena asociativa de las dos asociaciones, también gracias al tam tam en las redes sociales.

La organización fue frenética y en poco tiempo se recogió mucho material. Pero la pregunta era "¿a quién se lo llevamos?"

La voluntad común es conseguir y distribuir dichas ayudas en todo el territorio. La principal preocupación de los organizadores del convoy es asegurarse de que todo lo recolectado pueda llegar realmente a las familias que han fallado o que no quieren salir de sus hogares, y no depositar la carga en un centro de recolección anónimo. A partir de aquí se inicia una búsqueda de contactos en el acto con valoración de relativa fiabilidad. Honorable Perego di Cremnago consigue ponerse en contacto, por los canales institucionales, con dos parlamentarios ucranianos que se ofrecen a recogernos en la frontera con Hungría. A estas alturas lo tenemos todo: medios, ayuda humanitaria y la certeza de poder entregarla dentro de Ucrania.

¡Vamonos!

El encuentro con los ucranianos será en la frontera con Hungría. Queremos ser rápidos, también porque todos tenemos disponible solo el fin de semana, y el lunes tendremos que volver todos a nuestro trabajo.

Recorremos unos 1300 km de un tirón, y llegamos al encuentro cansados ​​pero puntuales. Cruzamos la frontera y en territorio ucraniano nos encontramos con los dos parlamentarios, Mikailo Laba y Dmytro Liubota.

El recibimiento es muy cordial pero mientras intercambiamos cortesías, tenemos que correr adentro porque suena la sirena que anuncia un posible bombardeo. ¡Y llevamos unos minutos en Ucrania!

Una vez que pase la alarma podemos continuar con nuestro negocio. Nos escoltan a un almacén atendido por fuerzas policiales que revisan nuestros vehículos antes de permitirnos entrar. El gran almacén se encuentra a pocos kilómetros de una vía férrea. Nos explican que en este lugar logran traer mucha ayuda humanitaria de todas partes y luego gracias al ferrocarril enviarla a donde más se necesita. Esta es la única forma segura de hacer llegar suministros y productos de primera necesidad a la población de las ciudades sitiadas. En las carreteras es demasiado peligroso.

Se nos dice que nuestra ayuda se pondrá en el próximo tren en preparación para Kharkiv, ahora tristemente célebre por su condición de ciudad en el frente. Descargamos todo gracias a la ayuda de voluntarios locales que están intentando de alguna manera hacer su parte.

Antes de marcharnos, intercambiamos nuestras últimas palabras con la delegación ucraniana que está deseando mostrarnos los vídeos de los daños en las ciudades en sus teléfonos móviles.

Es hora de decir adiós. Le doy la mano a la pequeña delegación, me encuentro con sus ojos que transmiten un profundo sentimiento de gratitud y desconcierto.

Nos vamos con un fatalista "¡Buena suerte!"

Foto: autor