Arabia Saudita: "Participaremos en la ofensiva de Raqqa contra los terroristas". Las perplejidades de la comunidad internacional

(Para Giampiero Venturi)
28/10/16

Según informes de periódicos árabes (Al Arabiya desde el jueves 27 de octubre, el portavoz de la Coalición de Arabia Saudita comprometida en Yemen, el general Assiri, ha expresado oficialmente la disponibilidad de Riad para participar en la ofensiva de Raqqa, el bastión sirio del Estado Islámico. El funcionario de alto rango dijo que la contribución podría tomar la forma de ataques aéreos realizados directamente desde suelo saudí o, alternativamente, con los bombarderos ubicados al comienzo de 2016 en la base turca de Incirlik.

El propio Assiri, conocido por la prensa por los informes sobre la intervención militar en Yemen, enfatiza que la posible participación debe acordarse con los aliados de la Coalición anti-ISIS (básicamente con Washington).

La declaración acepta las perplejidades y vergüenzas de la comunidad internacional con respecto a los graves efectos secundarios que la intervención saudí está teniendo sobre la población civil yemení.

Es la segunda vez desde el comienzo del año que Riyad se declara listo para una intervención en Siria. Comparado con febrero, cuando los sauditas se refirieron expresamente a una intervención de tierras al provocar reacciones en cadena no solo en Medio Oriente, existen algunas diferencias importantes:

  • esta vez la disponibilidad estaría limitada al uso de la fuerza aérea;
  • La imagen de la guerra en Siria ha cambiado profundamente.

En particular, en este último punto hay que reflexionar sobre la posición diferente adoptada por algunos de los temas principales involucrados. En primer lugar, Turquía, desplegada abiertamente contra Damasco hasta el verano pasado, a cuya posible invasión en territorio sirio se opuso fuertemente a Rusia en primer lugar. El acercamiento de Ankara en Moscú ha permitido indirectamente la entrada efectiva de soldados turcos en Siria con la operación Escudo del Eufrates, haciendo que cualquier operación conjunta con Riad al mismo tiempo esté vacía de contenido.

La misma posición de Arabia Saudita se ha complicado a lo largo de los meses, tanto con respecto a la desastrosa operación en curso en Yemen, como con respecto a las relaciones turbias que el Reino continúa manteniendo con algunas de las facciones islamistas activas en Siria. De todos los países del Medio Oriente, hoy en día Arabia es probablemente el que goza de menos credibilidad ante la opinión pública internacional.

La declaración del General Assiri debe interpretarse con certeza como un signo de debilidad: por un lado, el intento de acreditar apresuradamente a quienes, al menos oficialmente, luchan contra el terrorismo internacional (en este caso, el Estado Islámico); por el otro, la necesidad de desviar la atención de la catástrofe humanitaria que se viene produciendo desde hace meses en Yemen, donde Riyadh está cada vez más atascada.

Raqqa, liberado de la noticia durante meses, está de vuelta en el centro de la atención de los medios de comunicación en virtud de los desarrollos militares en Mosul y Alepo. Con la caída del bastión iraquí y la convergencia desde el norte de Siria de milicias anti-Califato (incluidos principalmente los kurdos, pero también los grupos islamistas pro turcos) es probable que para el final de 2016 el Estado Islámico permanezca cerrado en un gran bolsillo circunscrito al este de Siria. . En este punto, la ofensiva de Raqqa se convertirá en una carrera final hacia la victoria sobre el terrorismo. Las declaraciones de Riad, con todas las pruebas, tienen esto en cuenta.

Dependerá de Occidente y de la comunidad internacional hacer que se caigan o se concreten.

(Foto: KSA)