Las conversaciones de paz en Ginebra son un farol y Assad está ganando la guerra

(Para Giampiero Venturi)
01/02/16

Las agencias internacionales están superando las actualizaciones sobre la situación en Siria al seguir refiriéndose al gobierno de Assad como un régimen y alimentando la idea de que los rusos están desarrollando una imponente variedad en la costa norte del país con propósitos enigmáticos.

Ya desde nuestras primeras relaciones directas con las instituciones sirias (ver artículo) nos damos cuenta cuando la realidad de los hechos en el terreno está lejos de la gran mayoría de la información difundida por los medios de comunicación.

Nos gustaría centrarnos en dos aspectos en los que la dirección de Damasco parece tener las ideas muy claras: 1) Las conversaciones de paz en Ginebra son una puesta en escena que no conducirá a nada; 2) La guerra se vuelve lo mejor para las fuerzas de Assad y aquellos que han hecho inteligencia con las fuerzas islamistas se verán obligados a dar un paso atrás.

Respecto al primer punto de hoy es la noticia que exponentes de Jaysh al-Islam (Ejército del Islam), forrajeado por Arabia Saudita, estará entre los representantes de la llamada oposición siria. El grupo, cuyo portavoz es el hermano de Zehran Alloush, el líder eliminado por los rusos en la incursión 2015, no es más que la continuación de los intereses saudíes en Siria. El whaabita matriz sunita de combatientes tiene las mismas referencias ideológicas de qaedidsti Al Nusra frontal y ISIS (y talibanes). El ataque de esta mañana en el mausoleo de Sayyida Zeinab en Damasco (de la que fuimos testigos de audio, nota del editor) fue reivindicado por ISIS, pero se queda en su estilo y esquemas estratégicos de los otros grupos fundamentalistas.

No hace falta decir que el gobierno de Damasco no considerará un acuerdo con los que considera asesinos terroristas, casi siempre de origen no sirio.

El problema se extiende a todos los grupos del llamado islamismo moderado (ossimoro in terminis) financiados desde afuera para derrocar al gobierno de Assad. Los únicos que Damasco considera dignos de una confrontación son los disidentes sirios que aceptan un compromiso para regresar a la legalidad establecida. 

La posición oficial de Siria no parece conceder ningún espacio a los portavoces de los intereses de Arabia Saudita, Qatar y Turquía, considerados con los Estados Unidos y en términos inequívocos a los planificadores de la guerra civil siria.

En otras palabras, las conversaciones de Ginebra son vistas por Damasco como una puesta en escena para alimentar a los medios y a la opinión pública occidental.

En cuanto a la situación sobre el terreno, en las instituciones sirias está creciendo la idea de que si una solución militar no es suficiente, los avances realizados por las fuerzas gubernamentales en los últimos meses pueden cambiar el equilibrio negociador, empujando a las potencias extranjeras a rendirse, especialmente en términos de financiamiento para bandas armadas disidentes. Ya sucedió en 2013, cuando el presidente Assad fue considerado un condenado por Washington, listo para organizar su sucesión y luego revisar los planes estratégicos en el país árabe. Continúan las evoluciones. En los próximos días, con datos concretos en la mano, sabremos más. Todo lo que queda es esperar.

(Foto: الجيش العربي السوري)