La derrota de los "rebeldes moderados" cambia las cartas. Esto es lo que va a pasar en Siria

(Para Giampiero Venturi)
14/12/16

Aleppo, en el letargo general de los medios, ha sido liberado. El uso del término "liberado" es omitido por casi todos los medios, para presentar la victoria de las fuerzas regulares sirias como una derrota para la democracia y los parámetros políticamente correctos generalmente reconocidos.

En este sentido, se está extendiendo una gran mentira mediática que vincula el caos humanitario y el sufrimiento de la población civil con los últimos acontecimientos en el terreno. Independientemente de cómo se considere al gobierno de Assad, es bueno especificar un hecho objetivo: la derrota de los rebeldes yihadistas en Alepo es, de hecho, el fin de una pesadilla para los civiles residentes, utilizados durante años como escudos humanos para las milicias. Con el fin de la guerra en el área urbana, Alepo puede comenzar a imaginar un futuro, que es exactamente lo contrario de lo que dicen los medios occidentales en este momento.

En este sentido, fuentes locales independientes confirman el inicio de la evacuación de miles de personas de los distritos recién liberados de Alepo Oriental para recibir asistencia en zonas mejor equipadas incluso fuera de las fronteras sirias (Teherán y Moscú para los casos más graves). La recuperación de artefactos explosivos sin detonar y campos de minas ya se está llevando a cabo durante días, mientras se habla de restaurar las primeras infraestructuras necesarias, borradas por cuatro años de devastación.

Desde el punto de vista militar, la victoria en Alepo se anunciaba desde hacía meses. Sin duda, permitirá a Damasco reubicar al menos 20.000 personas en el área urbana hasta el momento. Lo mismo sucedió en las zonas nororientales del Gran Damasco, en la conurbación de Ghouta en la región adyacente al Golán, donde los acuerdos de rendición alcanzados con las milicias rebeldes permitieron recuperar focos enteros descontrolados, liberando a miles de soldados dispuestos a ser enviados a otros lugares.

El gobierno de Damasco, a falta de reclutas después de seis años de guerra, ha decidido aceptar el sistema de rendición de milicias a cambio de su transferencia a otras regiones, para "agrupar" los frentes y consolidar las áreas del país bajo su control. . Está sucediendo en estas horas en Aleppo, donde cientos de yihadistas se rinden para ser filtrados hacia el norte hasta la frontera con Turquía. 

Desde el punto de vista político, las noticias provenientes de Alepo son aún más importantes. La derrota de los rebeldes representa una pérdida de poder de negociación del frente anti Assad, ya duramente golpeado por la derrota de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Después de perder el principal patrocinador internacional, la oposición al gobierno de Damasco ni siquiera puede contar con los resultados del campo, en la actualidad limitada a la región entre Latakia y Alepo, adyacente a la frontera con Turquía.

Si el nuevo presidente Trump confirma con hechos el acuerdo con Moscú para la gestión de la crisis siria, es probable, por tanto, que a mediados de 2017 Siria se presente con este escenario:

  • Assad permanecerá en la silla, controlando la mayor parte del país, incluidas las principales ciudades. La reconstrucción comenzará a restablecer un mínimo de normalidad en las áreas ahora reclamadas por la guerra comenzará inmediatamente bajo el monopolio ruso;
  • Estados Unidos, a cambio del abandono de los llamados "rebeldes moderados", defenderá los intereses turcos frente a Damasco y Moscú, imprescindibles para restablecer una buena relación estratégica entre Washington y Ankara. En esencia, se tratará de permitir que Turquía permanezca en territorio sirio para garantizar un colchón de seguridad que la proteja de las oleadas de refugiados y sobre todo de las incursiones kurdas. Es muy probable que las milicias turcomanas no sean desmanteladas. En cambio, el futuro de los grupos armados yihadistas dependerá del peso de Washington y de los acuerdos bilaterales entre Ankara y Moscú. Jaish al-Islam, Jabhat al-Nusra, Ahrar al-Sham, esencialmente todo el cartel vinculado a Al Qaeda que hasta ahora ha operado bajo el paraguas turco. Irán juega un papel crucial en este juego, claramente interesado en defender los intereses chiítas en Siria y un feroz oponente de todos los grupos fundamentalistas sunitas activos contra Damasco. Las relaciones futuras entre Trump y Teherán decidirán el juego.
  • Los kurdos sirios tendrán cierta autonomía, pero no serán comparables con los de los primos iraquíes. Como ya se expresó en esta columna, la autodeterminación kurda no tiene ningún interés para nadie: a Siria por cuestiones de integridad territorial; en Ankara por temor a vincularse con el PKK; Irán, involucrado en una reactivación de la lucha armada independentista kurda. Aunque con potencial limitado, la Partido de la Libertad del Kurdistán (PJAK) y Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI), apoyados respectivamente por los kurdos turcos e iraquíes, han reanudado los disparos en el 2016.

Lo que se ha dicho anteriormente resume la importancia para Damasco (y Moscú) de apretar los tiempos en la lucha contra la oposición interna siria representada por los "rebeldes moderados" y explica algunas opciones militares aparentemente discutibles.

Si bien es cierto que la reconquista del ISIS de Palmira sigue siendo una cifra pobre para sirios y rusos, también es cierto que el Estado Islámico no es una prioridad para nadie. Especialmente para Assad, que tiene todo el interés en presentarse internamente más fuerte pero en dificultades con el Califato, reconocido como el mal absoluto por todos a nivel internacional.

En otras palabras: una victoria militar en Alepo, diez derrotas en Palmyra a nivel político ...

(foto: Al jazeera)