Yemen: Al Qaeda y la coalición saudí se aliaron contra los rebeldes chiítas

(Para Giampiero Venturi)
25/02/16

Volvamos a Yemen, donde la guerra está en pleno apogeo. Diferentes fuentes confirman que la coalición liderada por Arabia Saudita estaría en serias dificultades y seguiría perdiendo terreno al sur de la capital, Saná, actualmente en manos de los fieles del ex presidente chiita Saleh.

La prensa local yemení confirmaría el lanzamiento de otro Qahir-1 contra la base aérea saudita de Beir Al-Mizariq, ubicada en la región de Al Jawf, en la frontera con Arabia Saudita. El lanzamiento habría causado daños masivos y numerosas muertes entre soldados y mercenarios de Riad.

El Qahir-1 es un ruso SAM 2 transformado en misil tierra-tierra y modificado para alcanzar un rango de 250 km. En diciembre, 2015, un ataque yemení contra el gobierno contra las fuerzas panárabes lideradas por Riad, se convertiría en un hábito con resultados mortales.

Mientras que la prensa local continúa proporcionando un número muy alto de muertes de civiles causadas por el bombardeo indiscriminado de las fuerzas reales sauditas, la milicia rebelde continúa avanzando hacia el sur hacia Taiz Hout, aliado con Saleh como anti-sunita y anti-presidente Hadi.

Dado el curso de la guerra que le está costando a Arabia Saudí, así como a hombres y medios, también en términos de credibilidad militar, las noticias más importantes desde el punto de vista geopolítico son la alianza militar entre AQPA, Al Qaeda en la Península Arábiga y Fuerzas sunitas leales al presidente Hadi. La BBC lo habría confirmado. 

La noticia adquiere un gran peso porque aparentemente mueve en el plano confesional el equilibrio político y militar interno en Yemen: chiítas (miembros de milicianos de Saleh y Houti), por un lado, atrincherados en San'a y en el oeste del país; Sunnis (fieles de Hadi y coalición árabe liderados por los saudíes) en el otro.

Dos son los datos que emergen:

  • el creciente liderazgo de Riad entre los sunitas no solo en el Medio Oriente
  • La conexión entre el jihadismo sunita y las fuerzas armadas de los países árabes.

En cuanto al primer punto, la Defensa en línea ya durante meses profundiza los temas que destacan el crecimiento geopolítico de Arabia Saudita y su creciente agresión política y militar.

El segundo hecho es más inquietante y, aunque no es completamente nuevo, representa la gran amenaza real no solo para el Cercano Oriente.

Las experiencias de conexiones entre saudíes y jhadistas sunitas ya han sido ampliamente probadas en Siria. Varias veces hemos hablado de las interacciones no solo con Al Nusra, Jaysh al-Islām, Ahrar ash-Sham, Jaysh Al-Fatah Pero incluso con el Estado Islámico.

La novedad es Al Qaeda (su subgrupo Ansar al Sharia para ser exactos) que en Yemen sigue siendo muy fuerte, hasta el punto de poder aspirar a administrar una región entera (Taiz).

Hay que decir que las orientaciones religiosas están cambiando el orden de muchas alianzas en el Medio Oriente. Solo piensa en la popularidad de HezboláDurante años, considerado como el baluarte árabe contra Israel incluso por los musulmanes sunitas, se ha derrumbado significativamente entre los sunitas desde que se convirtió en un apoyo macroscópico para el gobierno de Assad (chiíta) en la guerra siria.

Sin embargo, igualmente evidente es la duda de que la fe sigue siendo una malla detrás de la cual los intereses políticos se entrelazan: la misma alianza instrumental entre las tropas yemeníes leales a Saleh y las milicias. Hout lo demuestra, después de años de rivalidad y represión.

Sin embargo, queda por entender lo que son los saudíes y otros países árabes en la alianza con Al Qaeda. Un enemigo común no parece una razón suficiente. Los reflejos de una política a ciegas esta vez podrían tener repercusiones a gran escala.

(Foto: Althawra)