El desarrollo de la psicología militar se remonta a la Primera Guerra Mundial, cuando las fuerzas armadas de Estados Unidos se vieron obligadas a seleccionar rápidamente una enorme cantidad de soldados. Un grupo de psicólogos dirigido por Robert M. Yerkes, entonces presidente de laAmerican Psychological Association, diseñó dos instrumentos revolucionarios: las pruebas Ejército Alfa e Beta del ejército. El primero estaba destinado a candidatos alfabetizados, el segundo a aquellos que no sabían leer o hablaban poco inglés. Aproximadamente 1,75 millones de hombres fueron evaluados en estas pruebas, lo que marcó el nacimiento del uso a gran escala de la psicología con fines militares.
Podríamos argumentar que la selección de soldados se convirtió en científica, al menos en la medida en que la mente contaba tanto como lo físico.
En Italia, en 21, fue el padre Agostino Gemelli, médico y también psicólogo, quien fue pionero de la psicología aplicada también en el campo militar; También fundador de la Universidad Católica. Es una disciplina fascinante que combina el estudio científico de la mente humana con las necesidades operativas de las Fuerzas Armadas. No sólo apoya el bienestar psicológico del personal, sino que desempeña un papel crucial en la prevención del terrorismo, la selección de soldados, la gestión de crisis y las operaciones estratégicas sobre el terreno.
Las tres áreas
Apoyo psicológico y gestión del estrés.Los soldados pueden estar expuestos a eventos traumáticos, como guerras, misiones humanitarias, desastres naturales, que pueden dejar traumas. Los psicólogos ayudan a prevenir y tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la ansiedad, la depresión, la culpa y la angustia familiar. Es importante subrayar que la intervención psicológica también puede dirigirse a las familias de militares o de civiles víctimas de conflictos o catástrofes.
Formación y operaciones estratégicas:La psicología militar interviene en el entrenamiento mental de los soldados, en la gestión de las negociaciones (en caso de secuestros o tomas de rehenes) y en los interrogatorios, siempre (ojalá) en cumplimiento de las leyes internacionales. En estas situaciones, el conocimiento del comportamiento humano adecuadamente entrenado se convierte en un arma fundamental de relevancia.
Selección y evaluación de personal:Antes de alistarse, los candidatos son sometidos a rigurosas pruebas psicológicas. El objetivo es identificar a los sujetos más adecuados, evitando la entrada de personas mentalmente frágiles o potencialmente inestables o fanáticas. En Italia, además de herramientas modernas como el “simulador de plasticidad cerebral” (que evalúa la capacidad de adaptación mental), una de las herramientas fundamentales sigue siendo el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI), del que muchos recordarán las innumerables preguntas, algunas de las cuales se repetían página tras página.
Il Inventario de personalidad multifásico de Minnesota (MMPI), desarrollado en la década de 30, publicado en 1942 y utilizado en el ejército en la década de 40 para evaluar la salud mental de los soldados, ahora se utiliza también en contextos civiles de gran responsabilidad, como la selección de conductores de autobús. Como herramienta de diagnóstico, su uso está regulado por regulaciones específicas como la ADA (Ley de Estadounidenses con Discapacidades, una ley federal estadounidense de 1990 que prohíbe la discriminación contra las personas con discapacidad en el empleo, el ámbito público, la educación y el transporte) en Estados Unidos.
El MMPI es una de las pruebas psicodiagnósticas más utilizadas en el mundo, permite la proyección inicial de candidatos (para detectar rasgos como paranoia, ansiedad patológica, psicosis o desviación) y la evaluación para el acceso a roles sensibles o fuerzas especiales, pero también el seguimiento de las fases de reintegración post-trauma. Es una de las cuatro pruebas claves de evaluación psicológica para el alistamiento, aunque hoy en día está respaldada por recientes herramientas de investigación cognitiva.
Salud militar
Desde 2009, los psicólogos militares del Ejército han estado aportando embellecer el símbolo griego "psi" para distinguir su especialidad dentro del ámbito laboral de la salud. Sin embargo, incluso antes de los años 80, el Ejército italiano empleaba oficiales psicólogos cualificados dentro del cuerpo de salud militar, aunque era el oficial médico el que estaba mucho más en el punto de mira.
Desde 1980 funciona también el “Departamento de apoyo psicológico táctico de Monte Grappa”, con personal especializado en psicología. Sin embargo, antes de 2009, los psicólogos militares no tenían una insignia específica y llevaban insignias idénticas a las del personal sanitario. Los psicólogos militares en Italia forman parte de los cuerpos sanitarios de las distintas Fuerzas Armadas, cada una con sus propios departamentos y personal especializado. Sin embargo, también existen estructuras y colaboraciones entre fuerzas para necesidades operativas específicas o para apoyo psicológico común.
Hoy en día, los psicólogos militares italianos operan no sólo en centros y departamentos de selección, sino también en teatros de operaciones internacionales, ofreciendo apoyo directo en misiones complejas y situaciones de alto riesgo.
La “guerra psicológica” contra el terrorismo
De lo que se desprende, uno de los avances más actuales en la disciplina se refiere a la lucha contra el terrorismo. Los estudios muestran que los terroristas no son necesariamente individuos perturbados, sino a menudo individuos racionales y educados, motivados por ideologías radicales. Comprender sus mecanismos psicológicos –incluido el reclutamiento, la manipulación y el uso sistemático del miedo– es esencial para prevenir ataques y proteger a las sociedades.
La psicología militar, en este contexto, se convierte en una herramienta crucial inteligencia preventiva, capaz de leer señales débiles antes de que se conviertan en amenazas concretas. Además, la psicología del terror estudia cómo se crea el miedo en las personas, tanto entre los ciudadanos como en los Estados o las fuerzas armadas.
El uso del miedo en la guerra se remonta a la antigüedad, cuando ejércitos y líderes utilizaban el terror y la violencia para debilitar a los enemigos y controlar a las poblaciones, como lo demuestran las tácticas utilizadas ya en el año 3000 a. C. en Mesopotamia.
Hoy en día, estrategias como noticias falsas, amenazas simbólicas, ataques selectivos y propaganda emocional para hacer que la gente se sienta insegura y confundida, desestabilizando la sociedad. Los servicios militares y de inteligencia utilizan esta información para reconocer señales de peligro con antelación y ayudar a la gente a resistir el miedo y tratar de combatir el terrorismo.
Sin embargo, en el cuartel persiste cierta desconfianza y, según algunos testigos, pedir ayuda al psicólogo interno es sinónimo de debilidad o fracaso, dado el miedo concreto a ser "etiquetado"; Por eso muchos prefieren recurrir a profesionales externos. ¿Noticias que sugieren que hace falta valentía no sólo en el campo, sino también para pedir ayuda?
En el primer cuarto del nuevo siglo, la evolución de un sector no debe pasar sólo por los cañones o fusiles modernos, sino por un cambio de mentalidad (y psicología) hacia sus subordinados, quienes, recordémoslo, son personas ¡Y luego soldados!
Fuentes: Universidad de Minnesota - Sitio oficial de MMPI - Verywell Mind - stratcomcoe.org - Revista de Seguridad Estratégica -health.mil - Salud Mental Militar -APA - Historia de la Psicología Militar