El síndrome de la embajada estadounidense

(Para Tiziano Ciocchetti)
08/01/20

Saigón 30 de enero de 1968, ofensiva de Tet. Los comunistas ingresan a la capital de Vietnam del Sur y, entre otros objetivos, atacan la embajada estadounidense.

A pesar de la derrota táctica, las fuerzas de Vietnam del Norte obtienen una victoria estratégica significativa: los estadounidenses no pueden defender el régimen de Saigón, la victoria comunista es solo cuestión de tiempo.

Once años después, en 1979, estalló la Revolución Islámica en Teherán y el Shah se vio obligado a exiliarse para evitar un baño de sangre. El 4 de noviembre, Estados Unidos se entera de que el personal de su embajada (foto), junto con algunos funcionarios del Departamento de Estado, fueron secuestrados por revolucionarios leales al ayatolá Jomeini, el líder religioso y político de Irán, donde estableció un régimen. Fundamentalista islámico.

La situación de los rehenes es preocupante.

Cuando las negociaciones diplomáticas se estancan, los estadounidenses consideran liberar a los rehenes. La operación, programada para el 26 de abril de 1980, resulta en un fiasco sensacional.

La embajada estadounidense fue atacada en Bagdad el 31 de diciembre, la administración Trump acusa a Irán de orquestar el asalto.

Esta vez, sin embargo, la reacción es inmediata. Trump ciertamente recordó la indignación de la opinión pública estadounidense frente a la toma de rehenes en la oficina diplomática en Teherán, así como la impotencia manifiesta de la Administración Carter..

Esta vez, Washington decidió alcanzar un objetivo de pago, solo para deshacerse de esa sensación de impotencia que podría haber afectado al pueblo estadounidense. Además, habrá elecciones presidenciales en noviembre y Trump quiere lo que todos los presidentes quieren en el primer mandato: un segundo mandato.

Foto: web / Cuerpo de Marines de EE. UU.