Me apasiona la robótica, tanto que en estas mismas páginas, en febrero de 2024, ya había mencionado el tema con el artículo: "Donde los humanos no pueden llegar, llegan los robots. ¡Y ya están entre nosotros!"
Ahora, con la constante actualización de noticias, incluso algunas un poco “sentidas” y “jerga” que vienen de la Casa Blanca sobre los aranceles comerciales, creo que romper la tensión hablando de los desafíos futuros que la ciencia puede traer a la mesa es también, en última instancia, saludable.
El futuro de los robots
El protagonista de esta nueva ola viral es Unitree H1, un robot humanoide desarrollado por Unitree Robotics de China. No se trata de un producto de feria, ni de imágenes generadas por inteligencia artificial: es un auténtico androide, diseñado sobre una base bípeda, equipado con servomotores altamente reactivos, visión artificial y algoritmos avanzados de control del equilibrio.
Su rendimiento habla por sí solo: puede caminar, correr hasta 11 km/h, realizar saltos verticales de 40 cm, moverse en terrenos irregulares y realizar secuencias dinámicas de artes marciales. Es, hasta la fecha, uno de los pocos robots bípedos que consigue tales resultados con un diseño “comercial” y no de laboratorio.
¿Su precio? Entre 90.000 y 100.000 dólares por ejemplar, una cifra sorprendentemente baja si la comparamos con otros humanoides como Atlas por Boston Dynamics o aquellos desarrollados para pruebas Orientado a la OTAN, que puede superar los 500.000 dólares por prototipo.
¿Una infantería robótica?
Su utilización en primera línea, por ejemplo formando un escuadrón o pelotón robótico, sigue siendo poco probable por el momento debido a limitaciones bien conocidas: la autonomía energética todavía es limitada (menos de una hora a plena carga), la vulnerabilidad a los agentes atmosféricos y a los impactos del combate es elevada y sigue siendo necesaria una supervisión y un control humanos constantes.
Sin embargo, la discusión cambia si pasamos al nivel de apoyo logístico, entrenamiento y simulación. A los robots les gusta Unitree H1 Puede tener ya hoy una función operativa concreta. Pensemos en transportar cargas (como mulas mecánicas en teatros menos hostiles), explorar y mapear entornos urbanos o traicioneros, o simular el comportamiento humano durante ejercicios complejos.
Según estimaciones creíbles, estos usos podrían convertirse en estándar en los próximos 3 a 5 años, especialmente en centros de entrenamiento avanzado o en misiones secundarias de bajo riesgo.
El ejército chino invierte
Unitree Robotics es una empresa privada, pero la colaboración entre la industria y el aparato estatal en China es bien conocida. Los documentos públicos y la investigación estratégica del EPL (Ejército Popular de Liberación) indican claramente el objetivo de integrar sistemas autónomos y robóticos en la doctrina militar para el año 2030.
Durante los últimos espectáculos aéreos chinos, como el Exhibición Aérea ZhuhaiPekín ya ha demostrado en acción drones terrestres armados y vehículos robóticos semiautónomos. El robot H1, aunque no está diseñado explícitamente para uso militar, podría probarse en contextos militares controlados, como ya ha ocurrido con otros sistemas civiles que han sido adaptados desde entonces.
En definitiva, Unitree H1 Lo que hace hoy el Kung Fu es una extraordinaria proeza de ingeniería y un mensaje estratégico que no debe subestimarse: “Miren lo que podemos hacer”.
Y si hoy un autómata imitando a Bruce Lee nos hace sonreír, mañana podríamos encontrarnos ante una nueva generación de “soldados” con una placa base, sensores ópticos y tal vez un código QR impreso bajo la armadura.
¿Ciencia ficción? Tal vez. Pero en China, como suele ocurrir, el futuro ya está en producción.
Fotografía: Unitree Robotics