En las últimas semanas han dado la vuelta al mundo imágenes y declaraciones desde China mostrando un supuesto prototipo de "caza de sexta generación".
Según fuentes chinas, el avión representaría la cúspide de la ingeniería aeronáutica militar, integrando tecnologías de vanguardia como sigilo avanzado, inteligencia artificial e incluso capacidades hipersónicas. Sin embargo, el análisis crítico sugiere que estas afirmaciones deben tomarse con cautela.
En primer lugar, es fundamental aclarar que la “sexta generación” es todavía una definición abierta incluso en los países occidentales, líderes históricos en el desarrollo de tecnologías aeronáuticas..
En Estados Unidos, el programa Dominación del aire de la próxima generación (NGAD), cuyo objetivo es crear un avión de sexta generación, aún se encuentra en fase de desarrollo (aunque ya hace tiempo que se llevan a cabo estudios preliminares sobre la séptima generación). En Europa, iniciativas como la Futuro sistema de combate de aire (FCAS) y el Tempestad se encuentran en fase de diseño conceptual o preliminar.
Por tanto, la ausencia de una norma universalmente aceptada hace complejo evaluar qué es lo que realmente califica a una aeronave como perteneciente al sexta generación.
China, a pesar de sus avances tecnológicos, ya ha mostrado dificultades para alcanzar los estándares de quinta generación.
Su caza J-20 (en la siguiente foto, a la izquierda), a menudo descrito como un aviones furtivos avanzados, tiene limitaciones importantes:
- Los análisis de radar han demostrado que el J-20 no logra el sigilo del F-22. Raptor o el F-35, considerados los referentes de la quinta generación;
- Históricamente, China ha tenido dificultades para desarrollar motores a reacción avanzados, a menudo basándose en tecnologías copiadas o importadas de Rusia (sólo recientemente el país ha comenzado a producir motores autóctonos, pero su confiabilidad sigue siendo algo incierta);
- La capacidad de fusión de datos del J-20 también es inferior a la de los sistemas avanzados utilizados por los cazas occidentales.
Cualquiera que vea ciertos vídeos que se popularizan con énfasis debería preguntarse: Si China aún no domina la quinta generación, ¿es realista pensar que ya está lista para la sexta?
Claro, las imágenes del supuesto caza de sexta generación de China muestran elementos futuristas, como un diseño de cola sin aletas y una configuración de ala voladora. Sin embargo, es fundamental distinguir entre un prototipo de "exhibición" y un avión operativo. La historia enseña que los programas militares chinos suelen ir acompañados de una fuerte propaganda, destinada más a demostrar la supremacía tecnológica al profano que a reflejar capacidades reales.
Mientras que los aviones occidentales ya tienen en linea Tecnologías como la inteligencia artificial colaborativa y la guerra electrónica avanzada, China todavía parece centrada en la carrera por la paridad con la quinta generación. La capacidad de diseñar una aeronave autónoma, con sensores integrados y una red operativa global, requiere infraestructura tecnológica y know-how que Beijing aún no ha demostrado que posee.
Las afirmaciones sobre un "caza de sexta generación" parecen, por el momento, más un recurso para propagandistas o tontos que una realidad.
El verdadero enfrentamiento se jugará en los cielos. Y China, al menos por ahora, está persiguiéndola.
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