Con demasiada frecuencia se pasa por alto, pero es crucial en el panorama operativo y de salud de nuestras Fuerzas Armadas, el cuerpo militar voluntario de la Cruz Roja Italiana (CMV) merece mayor atención si es realmente crucial como estructura de respuesta a emergencias. Nacida en el seno del movimiento fundado por Henry Dunant, siempre ha respetado los principios de neutralidad y humanidad, contribuyendo significativamente al salvamento y la protección civil. Un verdadero "cuerpo especial", cuyo carácter militar ha garantizado la continuidad de sus gloriosas misiones desde su fundación en 1866.
Un veterano del CMV, aunque anciano, y con una larga trayectoria de misiones internacionales, me cuenta orgulloso, desde su cama de hospital, sobre Stock nacional de antídotos y medicamentos (SNAF), unidad especial creada en Bolonia en 2003. Quiere permanecer en el anonimato, pero es un libro abierto de experiencias militares y humanitarias, un verdadero "hombre de la Cruz Roja", desprovisto de egoísmo y ambiciones personales. No se inmuta ante las polémicas y mantiene una modestia extraordinaria a pesar de haber pasado casi las tres cuartas partes de su vida, tiene 80 años, de uniforme. Un maestro para muchos.
Esta unidad está compuesta por médicos, farmacéuticos, enfermeros y profesionales civiles, que se alternan, bajo el liderazgo del comandante, el capitán farmacéutico Alexan Alexanian, para garantizar una respuesta rápida y eficaz en caso de emergencias químicas, biológicas, radiológicas o nucleares.
El SNAF desempeña funciones fundamentales como almacenamiento y distribución de antídotos y medicamentos, apoyo operativo y capacitación de personal militar y sanitario. Su presencia es vital para la seguridad nacional, capaz de marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de crisis como ataques terroristas o desastres industriales. Sin embargo, a pesar de su invaluable valor, las inversiones en CMV no han estado exentas de críticas.
SNAF es un elemento clave de la respuesta sanitaria italiana, pero su trabajo a menudo permanece en la sombra. Sería justo dar mayor visibilidad a esta reserva insustituible de voluntarios, siempre dispuestos a intervenir donde sea necesario y sin coste alguno; Se trata de un hecho cuestionable y enteramente italiano.
Es importante subrayar que la formación del personal voluntario Recordar es fundamental y, en algunos casos, también representa un punto crítico, tanto por las recientes restricciones impuestas por el INPS como por las cualidades necesarias para llevar el uniforme militar. Podríamos abrir un capítulo aparte sobre este tema (que tal vez discutiremos en el futuro), pero lo cierto es que, en las últimas décadas, el organismo ha aparecido cada vez más como una realidad híbrida entre la organización civil de la Cruz Roja Italiana y la d.lgs. de 15 de marzo de 2010, n. 66, Código de Orden Militar. En esencia, la credibilidad debe ser la base de la organización.
Sin embargo, el cuerpo militar de la Cruz Roja Italiana es una parte integral de la historia de nuestro país, con una profunda conexión con su identidad. Hoy, más que nunca, colabora estrechamente con todos los comités locales de la organización, fortaleciendo la misión humanitaria de la Cruz Roja. De ser verdaderamente útil, resulta imprescindible revalorizar este cuerpo y su personal, dotándolos de las herramientas necesarias para continuar sirviendo a la nación con renovado vigor y dedicación.
Foto de : CRI