36 nuevos frisos rojos a la brigada marina de San Marco

(Para Marina Militare)
03/08/20

Por fin ha llegado el gran día, viernes 31 de julio de 2020, tras trece semanas de intensa actividad ha finalizado el 19 Curso de habilitación anfibia para personal no ejecutivo.

Las numerosas pruebas pusieron a prueba la determinación y motivación de los 36 recién castrados que invirtieron sus energías en el entrenamiento intenso y diversificado que el Batallón de Escuelas de Caorle desarrolló para ellos.

El curso, que comenzó el 3 de febrero y fue interrumpido durante la primera quincena de marzo debido a la emergencia de Covid-19, se reanudó a mediados de junio en "modo Covid-Free", un término acuñado específicamente para identificar que todo el personal (visitantes, Staff instructores y apoyos logísticos) fue previamente sometido a un hisopo y, recibido el resultado negativo, trasladado a los postes de entrenamiento de la brigada de marina San Marcos, garantizando total autonomía logística y de subsistencia, de forma aislada. El primer período se llevó a cabo en el centro de entrenamiento de Massafra (TA), donde se desarrollaron habilidades peculiares en el campo terrestre con el uso de material topográfico, manejo de armas y movimiento táctico en tierra. Posteriormente, toda la tarifa se trasladó a la isla de Pedagne (BR), un escenario que siempre se ha prestado a desarrollar temas anfibios y que ha visto pasar a todos los fusileros de la marina a lo largo de los años.

Las dificultades y restricciones que surgieron fueron manejadas con madurez y conciencia, para permitir que el personal en formación alcance los objetivos marcados por la sesión formativa con determinación y espíritu de abnegación. Espíritu de equipo, perseverancia, apoyo mutuo son solo algunas de las cualidades fundamentales de un fusilero naval, al que día tras día se le pide que se fortalezca en cuerpo y alma para completar misiones cada vez más desafiantes.

El codiciado friso rojo representa para los recién castrados el paso para la entrada al componente anfibio y con el propósito de empleo posterior en el 1er regimiento.

Con esta ceremonia finalizó oficialmente el proceso de formación y llevará a los jóvenes fusileros a asumir un importante desafío: demostrar en el campo que han aprendido las enseñanzas, con entereza, resiliencia y espíritu de cuerpo, capitalizando el crecimiento personal. formación y experiencia profesional adquirida durante el intenso período vivido junto a sus compañeros.