San Marco: 40 años después de aterrizar en el Líbano, 8 jóvenes oficiales usan boinas por primera vez

(Para Marina Militare)
28/09/22

El 27 de septiembre, el castillo suabo de Brindisi, sede de la brigada marina San Marcos, está en crisis. La fecha de celebración de los 40 años del histórico desembarco del contingente italiano en el Líbano contempla también la entrega de la boina a ocho jóvenes oficiales. Al término de sus días de entrenamiento, estos últimos serán empleados directamente como comandantes de los pelotones de Infantería de Marina.

El esfuerzo realizado por los neofusiles en los nueve meses de curso es titánico, respondiendo únicamente a una motivación y una fortaleza de ánimo que constituyen la piedra angular de la actitud de un Leona de San Marcos.

El compromiso indescriptible se desprende de las cifras enumeradas por cf Tulumello, comandante del batallón Escuelas 'Caorle'.

"35 semanas de curso para un total de 245 días de entrenamiento y 2630 horas de actividad, 92 noches expuestas a los agentes atmosféricos, 10 actividades tácticas complejas de larga duración, más de 1000 km recorridos de los cuales 600 km con lastre, 12.000 flexiones, 4.800 tracciones, 815 descensos de barbettone, 7 marchas lastradas de 4 a 40 km, mochilas de 50 a 60 kilogramos transportadas largas distancias, 300 horas de entrenamiento físico, 48 horas de vuelo en helicóptero, 40.000 tiros en el campo y más de 20 pruebas escritas sobre temas profesionales, incluido un examen oral de doctrina anfibia en presencia de una comisión de oficiales superiores".

La entrega absoluta, la pasión devota y el apego a la bandera se reconocen en este día de celebración y recuerdo cuando los instructores, orgullosos y emocionados, colocan la boina en la cabeza de cada uno de los visitantes.

Los estudiantes anfibios se han convertido ahora en comandantes de hombres y medios y serán llamados a trabajar en todas partes del mundo con una preparación profunda y un espíritu sólido.

La ceremonia está llena de sentimiento, no faltan las lágrimas de algún familiar o algún veterano que recuerda el vigor de sus días en las filas de la San Marcos. Los discursos se suceden, mientras los estandartes ondean al viento en recuerdo de las glorias pasadas que nunca deben olvidarse.

El comandante de Caorle cierra su discurso dirigiéndose a los ausentes más importantes, nunca realmente ausentes en la plaza sagrada: "Para concluir, me dirijo a ti, caído de San Marco, que proteges al pueblo y a los hombres que viven bajo el ala del León de lo alto: guíanos a nosotros y a nuestros jóvenes. El día terminó, tu luz vive en el león en nuestro blusas y en el friso de nuestras boinas. Por este día, por estos jóvenes, por este Departamento: ¡POR MAR POR TERRAM!”.

El mundo se detiene, el grito es fuerte, rasga el aire de un día claro, casi suena como un rugido y resuena a lo lejos.

Ocho leones nacieron frente a otros mil que han luchado y reconocen su valor.

'¡SAN MARCOS!'

Atronadores aplausos y algunos temblores concluyen una jornada memorable donde el pasado y el futuro del departamento se miraron y se dieron la mano.