Hace 103 años la burla de Buccari

(Para Marina Militare)
11/02/21

Hoy es el aniversario de una de las hazañas más memorables de la Marina.

A principios de 1918 se decidió una nueva operación de forzamiento, incluso más atrevida que el forzamiento de Trieste, y el hundimiento del acorazado Wien. Esta operación se llevaría a cabo en la bahía de Buccari, dentro de un estrecho canal cerca de las principales bases enemigas.

Un reconocimiento preliminar en hidroavión sobre Pola, Fiume y Buccari permitió adquirir un importante material fotográfico que muestra la presencia en Pula de 4 "Viribus", 3 "Radetzki", 3 "Erzherzog", un "Monarch", dos exploradores y varios destructores, 23 vapores en el puerto de Fiume y 4 barcos en Buccari.

La noche del 10 al 11 de febrero se tomó acción: una incursión sorpresa para destruir los buques militares y mercantes que se encontraban en la Bahía de Buccari, utilizando las pequeñas pero letales Lanchas Torpedo Armed (MAS).

Los MAS 94, 95 y 96 al mando del capitán de fragata Costanzo Ciano, escoltados por tres grupos navales de destructores y exploradores, realizaron la larga ruta entre las dos costas del Adriático, por unas 25 millas por estrechos canales entre las islas. navegando luego para arribar en la noche para lanzarse contra los cuatro buques mercantes fondeados, lo que se efectuaba regularmente sin reacción del oponente.

Las unidades atacantes luego reanudaron el camino de regreso, llegando ilesas a Ancona. Los barcos austriacos, sin embargo, protegidos por redes de torpedos no informaron ningún daño. El poeta Gabriele d'Annunzio, a bordo del MAS 96 al mando del teniente capitán Luigi Rizzo, arrojó a la bahía tres botellas que contenían un mensaje burlón que dio a la acción el sobrenombre de "Beffa di Buccari".

Incluso si no se causaron daños, de hecho, la empresa obligó al enemigo a emprender la búsqueda de nuevas estrategias de defensa y vigilancia, y tuvo "una influencia moral incalculable".

Incluso después de Buccari, el Comando de la Marina austriaca intentó un ataque directo contra el MAS en el amarre en Ancona, y descubrió que no había otras posibilidades para golpear decisivamente la nueva arma. Sin embargo, este intento fracasó y la operación terminó con la rendición de los austriacos.

Fue precisamente con motivo de esta memorable empresa que Gabriele d'Annunzio acuñó el lema inmortal del MAS "MEMENTO AUDERE SEMPER"