El escuadrón antibombas del Ejército efectivo en el 32. ° regimiento de ingenieros de zapadores de la brigada alpina Taurinense intervinieron a petición de la prefectura de Turín, tras el descubrimiento de un proyectil de artillería cargado químicamente que data de la Segunda Guerra Mundial.
Los operadores del CMD (Conventional Munition Disposal), altamente especializados en la neutralización de artefactos bélicos, trabajaron en conjunto con los del CETLI NBC (Centro Técnico Logístico Interforce - Química Biológica Nuclear) quienes, luego de cuidadosas investigaciones, confirmaron la presencia de un compuesto químico en el estado líquido dentro del dispositivo. Los operadores del 32 neutralizaron más tarde el dispositivo y su contenido.
Las operaciones de recuperación se llevaron a cabo con total seguridad y con especial atención a la protección del medio ambiente. Todos los controles instrumentales realizados al final de la actividad, de hecho, permitieron excluir cualquier tipo de contaminación ambiental residual.
