Durante el patrullaje, destinado a garantizar la seguridad de los buques mercantes de la zona así como de todas las embarcaciones locales, el buque militar italiano notó en el horizonte una pequeña embarcación que avanzaba a muy baja velocidad con lo que parecía ser una vela. Al acercarse para una revisión adicional, la tripulación de Libeccio tuvo claro que el dhow se encontraba en una situación de emergencia. El personal técnico del buque militar, embarcado en el dhow para brindar asistencia, no pudo evitar confirmar un problema irreparable del motor.
Dada la gran distancia de la costa y el potencial peligro de vida para la tripulación de la embarcación que no contaba con los medios para acercarse a la costa de forma independiente, el comandante de la Nave Libeccio, capitán de fragata Stefano Calvetti, consideró necesario tomar el dhow para tráiler y acompañarlo a la costa yemení. La pequeña embarcación, mediante los botes italianos, se acercó y, tras comprobar la solidez del casco y el estado de salud de los seis marineros del dhow, refrescados con agua y comida, se colocó en la popa de la unidad italiana para el remolque.
Luego de toda una noche avanzando lentamente para no causar heridas al buque remolcado, en la mañana del sábado 1 de febrero la fragata Libeccio, ahora cerca de la ciudad de Al Mukalla, en Yemen, se puso en contacto con la guardia costera local que envió de inmediato una lancha patrullera para tomar la custodia del dhow y su tripulación y remolcarlo de manera segura a puerto.
Al final del evento, una nueva confirmación del espíritu de solidaridad entre los marineros, el barco de la Armada italiana reanudó inmediatamente las patrullas en el Golfo de Adén.
Fuente: Marina Militar
