Irak hacia un nuevo centralismo

(Para Antonio Vecchio)
09/11/17

Soy 60 i peshmerga Murieron y sobre 150 los heridos, en el enfrentamiento militar que llevó a Bagdad, el 15 en octubre pasado, a recuperar a Kirkuk y todas las áreas en disputa, ahora todas bajo el control total de la Capital, con las fronteras del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) "Relegado" a los anteriores a la Segunda Guerra del Golfo (2003).

La agitación creada por la iniciativa del ex presidente Massoud Barzani es clara para todos, con un liderazgo político borrado, el arco parlamentario dividido como nunca antes y más que los kurdos desplazados por 200mila, que dejaron Kirkuk por Erbil, una ciudad La de los refugiados ya contenía varias decenas de miles.

El primer ministro Al Abadi utiliza todo el capital político acumulado con la recomposición territorial del estado para fragmentar aún más la región autónoma del norte.

La última iniciativa en el orden del tiempo proporciona el compromiso Bagdad a pagar directamente al "funcionario" el GRK sin pasar por el gobierno de la región autónoma, cuyos datos oficial sobre sus funcionarios son considerados por el gobierno central es con mucho el exceso de , de los reales.

Como si esto no fuera suficiente, en el proyecto de ley de presupuesto para 2018, elaborado sin la participación de los kurdos, el porcentaje de transferencias al GRK se redujo de 17% - la cantidad prevista por la Constitución - a 12.7%, incluso más que agrava las mentes y las declaraciones oficiales de las partes.

La impresión es que Al Abadi está aprovechando la ventana de oportunidad creada, para fortalecer aún más el poder central, y con él, el personal: este sería el objetivo de los contactos oficiales iniciados directamente con las "provincias del norte" - como el Territorios kurdos: omitiendo por completo el parlamento (de hecho, expirado) de Erbil.

El homólogo kurdo respondió, el 6 del pasado noviembre, con una larga (y débil) declaración del primer ministro Mansour Barzani, de apertura al diálogo, en el contexto, leemos entre líneas, de un estado unitario y federal.

En otras palabras, un completo arrepentimiento con respecto a lo que se anunció hace tan solo veinte días, una declaración de rendición, tendiente a restablecer el equilibrio de poder vigente antes del referéndum por la independencia.

El ex presidente Barzani también comentó los últimos acontecimientos por primera vez.

En una entrevista con el semanario estadounidense Newsweek lamentó la falta de apoyo recibido por el aliado los EE.UU. y la comunidad internacional, culpable de haber permitido que el alambre de milicias iraníes Hashd al-Shaabi la conducción de operaciones militares con equipos y medios de Estados Unidos, implementado, entre otras cosas, con el apoyo británico en el campo no especificado de "conocimiento".

La disponibilidad de los principales exponentes kurdos para negociar no detiene al primer ministro Al Abadi, quien esta semana ha iniciado una ronda de conversaciones para apuntalar su re-candidatura en las elecciones 15 el próximo mes de mayo.

Para moverlo, la disposición a jugar antes que el rival Al Maliki, pero también la certeza de no poder contar con el apoyo de los kurdos (asientos 55 en 328 en las elecciones 2010).

Y ayer la declaración del vicepresidente Osama al-Nujaifi, un sunita, el apoyo "condicionado" a la reelección del primer ministro iraquí, siempre y cuando el cable milicias iraníes Hashd al-Shaabi se remonta tan pronto como el ejecutivo a pleno control de la autoridad del gobierno.

Hashd al-Shaabi, también conocido como Unidad de Movilización Popular (PMU), se componen de las milicias armadas de 60, movidas por Teherán, creadas para luchar contra Isis en el 2014, a instancias del gran ayatollah Ali Sistani.

En diciembre 2016, el parlamento de Bagdad los regularizó, empleándolos, como las fuerzas regulares, en la guerra contra el Estado Islámico.

Ahora, desde muchos puntos (chiítas), se insta a que se les pague de la misma manera que Fuerzas de seguridad iraquíes (ISF), reconociéndolos como una parte integral del sistema de defensa nacional.

A partir de este partido, al parecer lado, dependerá mucho del futuro político de Al Abadi, quien tendrá que elegir qué distancia separa del vecino Irán juegos de gran alcance, o arriesgarse a perder credibilidad y consenso entre los gobiernos occidentales, mientras que mantiene la cohesión de la parte delantera chií el interior del cual es expresión.

(foto: Ejército de EE. UU. / Fuerza Aérea de EE. UU.)