Carta a Difesa Online: “Tienda libre como ciudadano”

13/10/23

Vivimos, creo, en uno de los períodos históricos más paradójicos y, me atrevo a decir, intolerantes de los últimos siglos. Parecemos horrorizados de que se pueda responder a un ataque armado con represalias, un duro aislamiento y una reacción, si es necesario, incluso más intensa que el propio acto que lo provocó.

¿Pero por qué todo esto? ¿Por qué ya no tenemos derecho a experimentar el sentimiento de tener o tener que “vengarnos”?

Hemos entrado en el estado de ánimo de que siempre debemos poder reaccionar de manera serena, casi suave, para demostrar que estamos del lado de la razón, que somos la parte civilizada del mundo o quizás porque realmente no lo hacemos. tener el coraje de comenzar algo que luego requiere coraje y determinación para llevarlo a cabo.

Entonces tal vez la pregunta correcta sería pero ¿por qué nos hemos vuelto cobardes? Sentimientos como "el altruismo, el coraje, un altísimo sentido del deber y la firmeza de espíritu" (tomados deliberadamente de las motivaciones finales de uno de sus recientes entrevistados para el MDVM) ¿dónde los hemos perdido?

Somos la sociedad que parece tener fuerza sólo para luchar por un gusto social, pero nos alejamos ante el abuso o la agresión ya en nuestra pequeña vida diaria. Somos tan ridículos que pensamos que las guerras terminan con compartir un post, con firmar la actual petición online, porque ni siquiera vamos a firmar en persona.

Y luego ¿Cómo podemos permitirnos juzgar a quienes deciden luchar?, sino luchar en el verdadero sentido de la palabra, enfrentando al enemigo con uno mismo, en cuerpo, alma y arma. Y sí, armas, porque es absolutamente cierto que ciertas batallas por los propios derechos deben librarse con armas, con determinación y coraje.

Seguramente estas palabras causarán indignación, tal vez si fuera cierto se me podría definir como un “belicista”, pero sin ir muy lejos en la historia, pensemos en nuestros abuelos o bisabuelos, ellos pusieron su cuerpo, alma y arma, sin embargo No son monstruos belicosos.

Con apenas dos generaciones, hemos abrazado totalmente nuestra zona de confort y hacemos todo lo posible para no salir de ella.

Cuán dramáticamente oportuna es su pregunta: "¿Y cuándo será nuestro turno?".

Saludos de un lector habitual.

Luigi Scirocco

   

Querido Luigi, aprecio mucho lo que has expresado y estoy totalmente de acuerdo con ello. Les agradezco sobre todo la reflexión y los numerosos "por qué" contenidos en la carta.

Observando a un pueblo dividido y ridiculizado, cuya mayoría hace tiempo que dejó de ir a votar incluso "tapándose la nariz", la respuesta correcta probablemente sea sólo una: fuimos estafados.

Los numerosos beneficiarios (no necesariamente "autores") de la estafa pueden identificarse sin demasiadas dificultades. Lo que permite que se filtre un hilo de esperanza para el futuro es que hoy soy minoría.

Aturdidos (casi adictos y "adictos") por la hipocresía, por humor como bien lo ha indicado, desde la censura o la desinformación, y desde la "corrección política"... pronto todos tendremos que abrir los ojos y -por fin- levantar la vista con los pies.

¡Va a ser un gran día!

Andrea Cucco