Carta a Online Defense: la falta de preparación de las fuerzas armadas italianas en la Segunda Guerra Mundial

03/10/23

Soy un lector tuyo reciente. Al hojear algunos de sus artículos no pude evitar notar las constantes referencias a la falta de preparación de nuestras fuerzas armadas en la Segunda Guerra Mundial.

Entre las causas del fenómeno, destacan factores como la falta de preparación de la clase dirigente de la época, o los supuestos o reales episodios de traición, así como las diversas tramas destinadas a favorecer la derrota militar de la nación, con el fin de favorecer la caída del régimen fascista, son evaluados con demasiada frecuencia. Pero lo que muchas veces no se tiene en cuenta es lo que era entonces nuestro país: una nación con una economía agrícola, condicionada por la persistencia del latifundio manejado manualmente, con una industria limitada sólo a las zonas del norte del país, una industria condicionada por la escasez de materias primas y de fuentes de energía como el carbón, que influyó tanto en el desarrollo de la industria siderúrgica como en el de los ferrocarriles, otro factor indispensable en la economía de guerra.

Si a esto le sumamos la mala calidad de los servicios comerciales y de comunicaciones, así como el analfabetismo generalizado, especialmente en las regiones del sur, podemos entender la mala preparación de nuestras fuerzas armadas, reflejo de la situación económica del país.

PD: Teníamos teóricos como Giulio Douhet, teórico del bombardeo estratégico, así como Amedeo Mecozzi, partidario de la aviación de asalto, pero nuestro jefe de estado mayor, el general Pietro Badoglio, apoyó la política del hombre, la mula, el rifle y el cañón, un siglo XIX. Escenario del siglo XIX, cuando en la década de XNUMX en Kazán los rusos y los alemanes de Weimar experimentaron con la guerra blindada.

CB

  

Estimado lector, todas estas son observaciones excelentes, no siempre argumentadas por nosotros, con las que estoy de acuerdo.

Las preguntas ahora podrían ser: "¿tenemos en cuenta lo que es hoy ¿nuestro país?" y "¿ha cambiado realmente la retórica después de veinte años?"

Crecimos escuchando el coro de: "producto envidiado en todo el mundo", "ejemplo de capacidad nacional", "éxito italiano...". ¿Fue realmente así?

¿No deberíamos entonces añadir al analfabetismo el crónico "provincialismo" que no nos permite ver más allá de nuestro propio patio trasero?

En 2023, Italia todavía genera muchos "Douhet" y "Mecozzi", pero desgraciadamente también demasiados (¡demasiados!) "Badoglio". Los primeros - disgustados - emigran, los segundos...

La verdadera diferencia entre nuestro pueblo y otras naciones es el horizonte estratégico: en otros lugares dura diez años, el nuestro es semestral. Mientras tanto (durante 162 años) los gobiernos cambian en promedio cada 1,2 años.

En Europa, estructuras y sistemas estatales saludables también trabajan en presencia de Badoglio que pasa, en Italia no existen y esperamos (engañadamente) la victoria electoral de los nuevos - autodenominados - Douhet y Mecozzi...

¿Tendremos que hacer algo por amor a este país?

Andrea Cucco