La audiencia del General Portolano: un comentario

(Para filipo del monte)
13/03/23

El general Luciano Portolano, secretario general de la Defensa y director nacional de Armamento, sostuvo una audiencia de especial interés en las comisiones de Relaciones Exteriores y Defensa de la Cámara y el Senado (ver enlace), especialmente porque marca la línea con respecto a la transformación, ahora inevitable, de las Fuerzas Armadas italianas, a la luz del regreso de la guerra convencional en Europa.

Las consecuencias a corto y medio-largo plazo derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania parecen justificar al general francés François Lecointre, teórico del retorno de enfrentamientos de alta intensidad y guerras entre estados que podrían involucrar también a las potencias europeas y que impondrían, en consecuencia, una revisión del enfoque estratégico, personal y armamento de todos los ejércitos del viejo continente.

El cuadro de inestabilidad mundial provocado por el conflicto ruso-ucraniano no es un fenómeno pasajero, sino parte integral del desafío ya abierto que las llamadas potencias revisionistas han lanzado contra el orden internacional liberal liderado por EE.UU., del cual lo que en Moscú llaman el “colectivo de Occidente” (incluyendo a Italia) es uno de los pilares. Ni el Mediterráneo (más o menos "ampliado") ni el Indo-Pacífico, ambas áreas de interés directo para Italia tanto en términos de seguridad nacional como de proyección, son inmunes al ciclo de inestabilidad sistémica, exacerbado por una fuerte competencia entre potencias que preocupa tanto lo nuevo lucha tan africanos como los reflejos de la rivalidad chino-estadounidense en los océanos cálidos.

Frente a desafíos de época, que exigen una estrategia proactiva y no una mera pasividad, Italia tiene la obligación de revisar la configuración de sus Fuerzas Armadas, para que sean entendidas como uno de los instrumentos privilegiados de la política exterior nacional. En esta dirección van las declaraciones del general Portolano, con un amplio programa que contempla la preservación de la autonomía tecnológica estratégica, la puesta en marcha de procesos de contratación cortos, eficaces y flexibles para adaptarse al escenario internacional y la garantía de una base industrial competitiva capaz de abastecer y preservar los intereses nacionales.

Segundo libro piloto “Para definir cabalmente las acciones y prioridades sobre las cuales dirigir nuestro trabajo, es necesario comprender los efectos estratégico-operativos que las dinámicas internacionales determinan sobre el sistema de defensa”, lo que significa reflexionar sobre las deficiencias estructurales no solo de las Fuerzas Armadas italianas sino en general de los países europeos "no acostumbrados" a pensar estratégicamente que la guerra en Ucrania ha sacado a la luz.

En el orden Roma tendrá que pagar i sistemas de armas y existencias de pertrechos cedido a Kiev, puente i brechas capacitivas ya existente antes de la crisis y desarrollar capacidades operativas, es decir, sistemas, tecnologías, infraestructuras y recursos humanos a la altura de los retos y escenarios futuros. Objetivos que solo se pueden lograr si la industria de guerra puede seguir el ritmo impuesto por las guerras y las transformaciones a gran escala de los instrumentos militares y si el decisor político puede integrar mejor las funciones del Ministerio de Defensa. y las Fuerzas Armadas con el sistema industrial.

No bastará con llegar al 2% del PIB en gastos de defensa para reparar los daños de estos años, habrá que elegir no sólo cuánto sino también cómo gastar los fondos.