Las armas occidentales van a los rusos.

(Para Tiziano Ciocchetti)
15/03/22

El Parlamento italiano votó hoy a favor de un nuevo envío de armas a Ucrania, con la vana esperanza de que al menos frenarán (no creo que nadie piense seriamente que Kiev tiene alguna posibilidad de victoria) el avance ruso.

Sin embargo, la opinión pública no está precisamente cohesionada sobre la utilidad de suministrar armas a una nación en guerra. Más allá del discurso moral, cabe preguntarse si los sistemas de misiles antitanque y super-air acaban realmente en manos de las fuerzas regulares ucranianas o si van a armar a alguien más.

Aparentemente el ahora famoso FGM-148 Jabalina, NLAW y Panzerfaust 3, este último adquirido por el Ejército italiano en los años 90 del siglo pasado (17.000 unidades), habrían acabado en manos de los rusos que los están utilizando para armar las milicias de las repúblicas separatistas.

En la práctica, está ocurriendo lo que ya sucedió en Afganistán, donde los grupos yihadistas pudieron disponer de ingentes cantidades de armamento que la OTAN envió al reconstituido Ejército afgano que, como recordarán nuestros lectores, se derritió como la nieve al sol incluso antes. la salida de los occidentales del país.

Más allá de la situación táctica sobre el terreno, la elección de la Unión Europea y la OTAN de alimentar la "resistencia" ucraniana por poderes podría revelar otro fracaso. En la práctica, no solo no se logra el objetivo sino que se gasta dinero para apoyar a la contraparte, como diría la directora Nanni Moretti: "Sigamos así, vamos a hacernos daño".