Unión Europea y Hungría: cuando el buey le dice cuernos al burro

(Para Tiziano Ciocchetti)
31/03/20

Durante el período republicano en la antigua Roma, en tiempos de crisis militar en lugar de crisis económica, o para sofocar una revuelta, uno de los cónsules (de acuerdo con el otro y con el Senado romano), nombró un Dictador, o el que habría asumido plenos poderes para remediar la emergencia. la Dictadora pesar de sus plenos poderes, no pudo cambiar las leyes para establecer un régimen autocrático, y en cualquier caso permaneció en el cargo durante un máximo de seis meses.

Hace dos días, el parlamento húngaro otorgó al primer ministro Orban plenos poderes para permitirle adoptar medidas de seguridad más rápidas (posibilidad prevista en el artículo 53 de la Constitución), para contrastar la propagación en el país de COVID-19.

La Unión Europea ha calificado esta disposición como un cese de la democracia en Hungría. Apoyado por los medios habituales (incluidos muchos nacionales), puso en observación la ley legislativa del parlamento húngaro.

Como si la aplicación de una norma constitucional, sometida a votación parlamentaria, fuera lo contrario de la democracia.

Con nosotros, en cambio, fuimos a por decretos del Presidente del Consejo de Ministros (así lo dijo todo es mucho más democrático). El parlamento italiano, en una atmósfera del 8 de septiembre, parecía haberse disuelto.

En realidad, esta crisis epidémica está demostrando la insuficiencia absoluta de la arquitectura institucional italiana (artículo 77 de la Constitución italiana: el gobierno no puede, sin delegación de las cámaras, emitir decretos que tengan el valor de la ley ordinaria. Cuando en casos extraordinarios de necesidad y urgencia, el Gobierno adopta, bajo su responsabilidad, medidas provisionales con fuerza de ley, debe presentarlas el mismo día a las Cámaras ...).

Una vez que termine la emergencia, se necesitará un debate parlamentario que pueda llevarnos a una reforma real (no como el corte inútil de diputados y senadores), que afecta la forma de una República, ya no parlamentaria sino presidencial. Con un líder del Ejecutivo elegido por el pueblo, o una figura que esté dotada de los poderes para gobernar, incluso en situaciones normales, evitando así malabares directos puestos en los sillones por acuerdos entre las partes.

Foto: Magyarország Kormánya