Los sirios sitian a los rebeldes pro estadounidenses en la frontera con Jordania. Irak apoya a Assad: "No hay ningún amortiguador entre nosotros y Siria".

(Para Giampiero Venturi)
24/05/17

Como se esperaba hace unos días, las noticias más importantes de la guerra en Siria provienen del frente sur.

También ayudan a los acuerdos sobre "zonas de apaciguamiento" que permitieron concentrarse en el esfuerzo de guerra sureste, por primera vez en tres años, las fuerzas de Assad a recuperar el control de la frontera con Jordania en la gobernación de Sweida, al este de Golan.

El avance masivo, que comenzó a principios de mayo, es parte de una operación más grande, destinada a recuperar el territorio del sureste que aún está en manos de ISIS y los rebeldes.

Las líneas de acción son esencialmente cuatro:  

- En Quaryataun, al noreste de Damasco, donde los sirios avanzaron decenas de kilómetros en 48 horas;

- el desierto al este de palmira;

- la carretera 2 que conduce al puesto fronterizo iraquí de Al-Tanf, donde aviones de la Coalición liderados por Estados Unidos atacaron a las fuerzas de Damasco hace unos días;

- la operación antes mencionada de Al Sweida, que informa una pieza estratégica de Siria bajo control leal.

El objetivo final del gran movimiento de tropas sirias, apoyado por los paramilitares rusos y chiítas, es Deir Ezzor y la esquina de Siria determinada por el Éufrates al nivel de la frontera iraquí.

La gran maniobra que tiende a liberar a Deir Ezzor del sitio del Estado Islámico que comenzó hace tres años se llama Lavanda operación, transliteración del nombre del coronel sirio, que murió para defender la ciudad y brazo derecho del general druso Zarheddine, actual líder de los paracaidistas de la sitiada Guardia Republicana.

Para llegar al objetivo los sirios tardarán meses, pero presumiblemente este será el juego que decidirá la posguerra en Siria.

En este escenario, el papel de Iraq tendrá un peso decisivo. Según las declaraciones (23 May, televisión estatal) del ministro del Interior, Qasim Al Araji, Bagdad no permitirá la creación de una zona de separación entre Siria e Iraq.

La colaboración de Bagdad con el gobierno de Damasco para garantizar las fronteras entre los dos países es una figura geopolítica relevante. Después del Estado Islámico, cuya cuenta regresiva ya comenzó, si Irak cooperó con Assad, sería muy difícil para las fuerzas de la Coalición establecer un área de control al sur de Siria. También sería una lágrima política, después de un año de colaboración militar en el frente de Mosul.

Sin embargo, esto no es demasiado sorprendente. Cabe recordar que Al Araji es miembro de la Badr, Organización chiíta iraquí armada y financiada por Irán. la Badr es parte de la PMU, Unidad de Movilización Popular Los chiítas que luchan contra ISIS en el norte de Irak. Sus palabras rugen como una derrota histórica para aquellos que querían Libertad iraquí en 2003: un Irak "liberado" por Saddam se convertiría hoy en un escenario de la media luna chiíta que desde Beirut llega a Teherán vía Damasco. Exactamente lo contrario de lo que querían Arabia Saudita, Estados Unidos y, en parte, Israel. ISIS, como un estado virtual sunita a caballo entre Irak y Siria, nació precisamente para esto ...

La palabra luego vuelve a las armas. Los sirios empujarán hasta el límite hacia el sureste en una especie de carrera contra el tiempo: el objetivo es llegar a las fronteras del sur en el cinturón entre el Golán y el Éufrates, antes que los rebeldes del Ejército Sirio Libre y las tropas de Estados Unidos y Jordania (ya desplegadas para entrar en Siria desde el norte de Jordania) establecen allí un cinturón de protección.

La Coalición Estados Unidos-Sunni, por su parte, intentará evitar el aislamiento de Al Tanf en la frontera sirio-iraquí y continuará armando y entrenando a los rebeldes delFSA para prevenirlo. Según fuentes militares, también se está preparando para la posible entrada desde la ciudad de Abu Kamal en el Éufrates entre Irak y Siria, aún en manos de ISIS. El peso y el papel político de PMU Chiítas iraquíes, será en este caso la punta de la balanza. 

La evolución de todo el panorama depende del comportamiento de Rusia, que hasta ahora ha permitido a los sirios cambiar el rumbo de la guerra. El apoyo a Assad tarde o temprano llegará a un punto de confrontación con Estados Unidos y sus aliados, cuyas intenciones, más allá del pretexto de ISIS, deberán quedar al descubierto de una vez por todas.

(Foto: SAA)