Los cuentos del teniente: "Sargento Hartman" (primera parte)

(Para Gianluca Celentano)
11/05/23

Particularmente durante el auge económico de la década de 80, muchos jóvenes llamados al servicio militar vieron una interrupción en las expectativas profesionales que garantizaba la economía de la época. Sin embargo, para muchos, el año militar representó un deber moral fundamental, mientras que para otra porción de niños fue una oportunidad de la cual sacar habilidades profesionales.

El hecho es que en 143 años de servicio militar obligatorio, la contribución a la administración de las FA por parte de los conscriptos ha permitido que toda la estructura de defensa del complejo funcione a pleno rendimiento. Un teniente, retirado desde hace más de veinte años, está seguro de ello, ya partir de ahora me referiré a él por su nombre: "Filippo".

Podría describirlo como un suboficial de la Fuerza de Transmisión a cargo de los Puentes de Radio, un "Pontista". A lo largo de su carrera se ha mostrado capaz, con la cuerda floja necesaria, de sobrevivir en el entorno de aquel Ejército que la mayoría recuerda. Reflexivo y curioso, siempre sonriente, siempre tiene una broma preparada.

En seis relatos serializados nos hará compañía recordando cómo se trabajaba en aquella época... ¿Desactualizado?

el ejercicio

Mejor conocido como "campo" (hoy misión) fue un período de unos quince días donde te ponías a prueba, ante la falta de comodidades y costumbres, inmerso en un contexto jerárquico donde sólo tenías que obedecer.

La experiencia, en su esencia, reconstruyó un contexto militar de guerra donde, según el lugar en el que estabas asignado, eras evaluado en pruebas, habilidades o en la facilidad con la que realizabas el paso de leopardo debajo de un alambre de púas a unos centímetros del suelo sumergido en el barro (recuerda que los camuflajes provistos fueron solo dos).

Filippo, un brillante teniente de radiodifusión dotado del brío propio de los nativos de Tuscia Viterbese, recuerda uno en el que los protagonistas eran soldados estadounidenses...

Il centro nodal del área

Era la década de 80 y el departamento de transmisión a nivel de batallón se había activado por un tiempo. campo en la agenda en la llanura veneciana. En las laderas de los Prealpes Cárnicos en la frontera entre Friuli Venezia Giulia y Veneto y frente a la base estadounidense en Aviano, el centro nodal del área. Aquí el Iveco ACL75 y el Fiat ACM52 tuvieron la abrigo con sistemas de radio PR5 y MH-191.

Algunas veces - dice Filippo, entonces mariscal jefe - los gigantescos aviones de transporte estratégico Lockheed C-5 Galaxy pasaron por encima.

Una mañana, el equipo del mariscal vio llegar los transmisores estadounidenses y, de manera ordenada, se posicionó a unos 200 metros de sus colegas italianos. Llegaron con tres vehículos, camionetas AMC y Dodge y un grupo electrógeno PU-618/U (necesario para alimentar los sistemas de radio). El generador era idéntico al utilizado unos años antes por las unidades de transmisión del ejército italiano. Sus vehículos estaban estacionados en la misma dirección por la que habían venido.

En ese ejercicio muy exigente lleno de equipos y conexiones, el mariscal estaba en compañía de un compañero igualmente preparado que, al observar cómo se posicionaban los camiones estadounidenses, exclamó: de esa posicion si llueve ya no salen! Luego vino la lluvia y así fue…

El inflexible sargento del ejército de los EE. UU.

De mutuo acuerdo, nuestros dos mariscales propietarios de las actividades (Filippo y su socio) de la centro nodal fueron a presentarse al rango más alto del equipo de EE. UU. Encontraron uno a lo "Hartman" de Full Metal Jacket: un sargento de hierro que te amonesta con una mirada, la clásica persona con la que esperas no compartir nada, menos un "campo".

El suboficial estadounidense hablaba poco italiano, pero lo suficiente para entenderse con el equipo italiano y crear sinergia.

Felipe dice: “Mientras hablábamos con él, sus militares trabajaban instalando cables (o "vientos" en la terminología de transmisión) para levantar un mástil de antena largo.

El sargento notó que sus hombres hablaban entre ellos y se habían detenido frente a un piquete.

Al darse cuenta de que algo andaba mal, fue a ver y se dio cuenta de que..."

Lea: Los cuentos del teniente: "Sargento Hartman" (segunda parte)

Foto: autor