Libia: las mentiras tienen patas cortas

(Para Giampiero Venturi)
14/09/16

Más allá de la buena fe con la que puede haberse establecidoOperación Hipócrates, algunas reflexiones parecen necesarias.

Precisamente el día del anuncio, las noticias de la conquista de tres importantes terminales petroleras por las fuerzas leales al General Haftar y al gobierno paralelo de Tobruk son confirmadas por Libia. Después de Al Sedra y Ras Lanouf, los soldados de Cirenaica habrían asegurado el puerto de Zouteitina, restándolo de la milicia de la guardia, al mismo tiempo aliados con el Gobierno de Trípoli y su líder Al Serraj.

Desde el punto de vista militar, la noticia de la lágrima de Haftar no tiene un eco particularmente grande. Desde el punto de vista económico y político, por otro lado, quema mucho, porque revela la realidad sustancial que ha madurado en estos meses de falsa pacificación nacional. El gobierno paralelo de Tobruk ahora controla la infraestructura más importante del país, o por lo menos aquellos que pueden afectar a la recuperación económica de Libia, cuya producción total de petróleo crudo se redujo a 200.000 de barriles por día (1,6 millones de dólares para el tiempo de Gadafi).

A pesar de que todos los gobiernos occidentales continúan persuadiendo a Al Serraj como el líder de un Gobierno de Unidad Nacional (el GNA reconocido por la ONU), en Libia obviamente está sucediendo algo más. Fuentes locales de Defensa en línea, Confirman lo que algunos medios de comunicación independientes anuncian de vez en cuando en el sopor en general: el gobierno de Al Serraj, además de la capital y las áreas de Zuwarah y Sabratha oeste, tiene una jurisdicción efectiva sólo en la zona costera entre Misrata y Sirte, con soluciones de continuidad prácticamente constantes. En esencia, menos de 300 km de costa para una profundidad incalculable, dada la geografía del país.

Pero empeora. Amanecer libio, la coalición que apoya al GNA en Trípoli es una federación de grupos y acrónimos que incluye a los milicianos de Misurata (donde nuestro cuerpo tomará forma Operación Hipócrates) ei La Hermandad Musulmana, apoyados a su vez por grupos islamistas armados como yo Mártires del 17 Febrero de Benghazi y la milicia de Trípoli. Entre ellos no debe ser olvidado Ansar Al Sharia, grupo yihadista conocido por su ideología radical. 

Es esta galaxia de hombres y pandillas armadas que ejerce un poder real en el territorio occidental de Libia y que a cambio de una paz armada, permite que Al Serraj sea considerado el representante de menos de un tercio de todo el país.

Además de Trípoli, más o menos bajo la GNA, Libia tiene tres áreas principales: Cirenaica en manos del general Haftar, que regula la "media luna del aceite" de la costa este hasta el oasis de Kufra, el infierno en la arena 1100 km de Benghazi; el sur donde los redivivi están furiosos Tubu, un pueblo transfronterizo entre Libia, Chad y Níger; Occidente a lo largo de las fronteras con Túnez, donde los tuareg, libres de las limitaciones de la era de Gaddafi, han recuperado su voz.

La "milicia petrolera" se insinúa en el caos Guardia de instalaciones petroleras del enigmático Ibrahim Jadhran, un aliado oficial del Gobierno de Unidad Nacional, pero aparentemente no tan poderoso (o confiable) como para evitar la conquista de los pozos más importantes al General Haftar.

Libia, donde desembarcamos, es esencialmente un país dividido en balances armados donde el comercio de todo tipo sigue prosperando sin restricciones. Además del petróleo, donde gracias a la guerra 2011 Total, Exxon, BP se unieron a ENI y Gazprom, todo en Libia es parte de una hoja de tarifas: los migrantes recolectados en el sur; armas que cambian de manos sin control; incluso los heridos serán evacuados en enfrentamientos armados ...

El drama más grande es que a diferencia de otros países desgarrados por guerras civiles desastrosas (sobre todo en Afganistán y Bosnia), la radicalización religiosa étnica da paso a alianzas comerciales más cercanas al crimen que a la política. El estancamiento institucional de Libia parece insoluble porque todos (excluyendo Italia) están de acuerdo.

Importante es no decirlo. Como se ha argumentado repetidamente, no se trata tanto de una Libia conjunta como de hacer creer al público que es posible. En este contexto, los nuestros llegan.

(Foto: AMN)

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