Carta a Defensa Online: "El mundo del derecho"

04/12/23

Ya caían las últimas sombras de la tarde del verano de 2023, cuando el tifón Vannacci azotó paraguas y bronceados.

Paracaidista general de la división del ejército, ex comandante del Folgore, anteriormente destinado a la delicada embajada italiana en Moscú, recientemente transferido al mando del Instituto Geográfico Militar, ha publicado el mundo al revés. Un libro que en apenas unas semanas saltó a lo más alto de todas las listas editoriales, aportando a su autor una notoriedad instantánea.

Paralelamente al éxito editorial, Vannacci también sufrió una exposición mediática no inesperada, dados los temas abordados y los tonos utilizados en el libro, y violenta. Las creencias expresadas en el volumen han atraído la atención de un amplio espectro de comentaristas más o menos calificados.

Se suponía que un soldado en servicio no podía - a diferencia de lo que la Constitución de la República Italiana garantiza a todo ciudadano privado - expresar sus pensamientos; y en todo caso que no podría hacerlo si este pensamiento se refería a aspectos controvertidos.

Durante semanas ha habido furiosas intervenciones en las redes sociales pidiendo su destitución, degradación e incluso no expulsión de las Fuerzas Armadas. Hubo quienes incluso plantearon la hipótesis de que la publicación del libro constituyó un acto de subversión por parte de Vannacci hacia el Estado y el "Constitución y leyes”que todo soldado jura respetar y defender. Por ejemplo, Alessandro Zan, jefe de Derechos de la Secretaría del PD, se pronunció al respecto "Simplemente transferir a Vannacci no es suficiente. Su presencia al frente del Ejército trae descrédito y deshonra a las Fuerzas Armadas, que merecen reconocimiento por defender los valores constitucionales que ofende (...) "El Ministro de Defensa Crosetto debe preguntarse el problema de por qué un general se siente legitimado para publicar un libro con contenidos abiertamente subversivos e inconstitucionales.

Para satisfacción de algunos, Vannacci había sido destituido de su cargo -que en verdad, aunque respetable, no se correspondía con su currículum- y sometido a un procedimiento de evaluación de sus acciones dentro de la cadena de mando.

Han pasado los meses, y mientras el verano olvidado da paso al fantasma bonachón de la Navidad, llega la noticia del nombramiento del general Vannacci como Jefe de Estado Mayor del Comando de Fuerzas Operativas Terrestres (COMFOTER). Es una de las principales áreas de mando del Ejército italiano, bajo la dependencia directa del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Se puede argumentar que este es el más clásico de promoveatur ut amoveatur, pero a menos que se demuestre lo contrario, esta transferencia prueba una serie de cosas, que debemos atenernos como hechos de la realidad.

La primera, los militares son ciudadanos como todos los demás y mantienen sus derechos constitucionales -en particular los relacionados con la libre expresión del pensamiento- a pesar de su estatus. Quizás sea posible expresar una opinión sobre la oportunidad de hacerlo, pero no sobre su legitimidad.

El segundo, el general Vannacci no ha cometido ningún tipo de delito, ni el contenido de su libro, compartido o no, constituye hasta la fecha objeto de delito ni en la forma ni en el fondo. De lo contrario, en los meses transcurridos desde su publicación, la justicia militar y civil habrían emprendido las acciones penales preceptivas; o civiles relacionados con la presentación de una denuncia de fondo por parte de cualquier ciudadano.

El tercero, el general Vannacci no ha cometido, a través de los contenidos publicados, ningún acto de subversión o ataque a la Constitución y continúa siendo uno de los militares más calificados de nuestro país. Los comentarios formulados en su momento a este respecto, por tanto, carecen de fundamento alguno.

Fernando Scala

Foto: Ministerio de Defensa