El partisano Morelli, asesinado porque no era comunista

(Para Tiziano Ciocchetti)
09/08/20

Giorgio Morelli murió hace 73 años, el 9 de agosto de 1947, a los 21 años, sus faltas fueron la de no ser comunista y, como verdadero periodista, de buscar la verdad: lo suficiente, entonces, para ser condenado a muerte.

Reggiano, con el nom de guerre "el solitario" Morelli ingresa a la Resistencia a los 18 años, primero en la Brigada Garibaldi y posteriormente en el Llamas verdes y en Brigada Italo por don Orlandini.

El 23 de abril de 1945 fue el primero en entrar en Reggio Emilia, liberado por las tropas nazis. Aún conmocionado por el asesinato de su amigo Mario Simonazzi (comandante Azor), ejecutado por partisanos rojos), fundó un semanario políticamente independiente, La nueva pluma.

El propósito del semanario - autofinanciado - es arrojar luz sobre los numerosos asesinatos indiscriminados (y encubiertos) cometidos a raíz de la Liberación. El periodista Morelli investiga los delitos políticos cometidos por los comunistas de Reggio y quedó impune. Por otro lado, inmediatamente después del final de la guerra, las ejecuciones sumarias, especialmente en el norte de Italia, están en la agenda. Grupos de partisanos rojos recogen a cualquiera sospechoso de connivencia con el régimen anterior (incluidos sacerdotes acusados ​​de anticomunismo) y lo ponen en la pared. liberadores hacen la vista gorda (a menudo ambos), en este momento los soviéticos siguen siendo aliados.

Obviamente el Anpi está trabajando para cerrar el La Nuevo Penna: Morelli se ve obligado a cambiar varias impresoras para escapar de los sabotajes de los comunistas. Al final, para seguir publicándose, el semanario se imprimió en un convento de los padres benedictinos en Parma.

Después del lanzamiento del primer número, el Partido Comunista de Reggio lo prohíbe, ya que se considera el semanario. enemigo del pueblo.

En la noche del 27 de enero de 1947, mientras regresaba a casa, fue sometido a seis disparos por desconocidos (pero los protagonistas lo son). que le dolía superficialmente. Recuperado, al menos aparentemente, del ataque, Morelli participa el 15 de marzo en una manifestación en la que realiza un mitin improvisado, interrumpido por militantes del PCI que no dudan en golpearlo.

Sin embargo, las consecuencias de las heridas sufridas en el ataque de enero le habían provocado graves daños pulmonares que, inexorablemente, lo llevaron a la muerte el 9 de agosto de 1947.