Élie Tenenbaum: partisanos y centuriones

Elie Tenenbaum
Ed. Perrín
pp 552

El bien documentado y denso libro de Élie Tenenbaum (Partisanos y Centuriones. Une histoire de la guerre irréguliere au XX° siecle, Perrin), investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), traza la historia, la "Odisea de la historia", para citar al autor, de conflictos irregulares, a lo largo de un recorrido cronológico y temático que abarca todo el siglo XX y llega hasta hasta el día de hoy.

Tenenbaum define esta forma de guerra como yendo contra la corriente de la “modernidad occidental”: “Donde la guerra regular enfatiza la potencia de fuego y las formaciones lineales, la guerra irregular prefiere la movilidad, las escaramuzas y la guerra de guerrillas, las incursiones y las emboscadas” (p.15); mezcla combatientes y no combatientes, no respeta un orden internacional basado en el estado; y sus combatientes están movidos por una motivación política que los distingue de los soldados. Y si el objetivo de la guerra regular es la destrucción del enemigo, en la guerra irregular se busca más bien desmoralizar al adversario, debilitar su “retaguardia, recurriendo a la guerra de guerrillas, al sabotaje, a la propaganda y al terrorismo.

El autor describe con gran precisión no sólo el desarrollo de una forma de conflicto, sino también del pensamiento estratégico, cuya historia divide en cuatro fases: la primera, nacida sobre las cenizas de la Gran Guerra, se desarrolla según las tendencias revolucionarias y experiencias coloniales del período de entreguerras, y ve a Gran Bretaña como la "incubadora" de una doctrina y una generación de especialistas en guerra no convencional; la segunda fase tiene como protagonista a Asia, que se convierte con China en “el laboratorio estratégico de la guerra irregular” (p.21), donde los maoístas habían desarrollado nuevas tácticas y técnicas revolucionarias que se extendieron rápidamente por toda la región; el tercero es el de la "globalización del conocimiento estratégico irregular" en el momento de la descolonización. Este fenómeno es percibido por las potencias occidentales como una "gran subversión globalizada" (p.21) contra Occidente.

Como respuesta a la amenaza subversiva, las potencias occidentales adoptan las tácticas provenientes de Asia, que sin embargo son descontextualizadas y repensadas de cara a su aplicación en otros teatros.

Asistimos así al nacimiento de una “comunidad estratégica irregular” formada, entre otros, por el británico Robert Thompson, el francés David Galula y el estadounidense Edward Lansdale. Estos soldados cumplen no sólo el papel de teóricos y/o experimentadores de diversas técnicas de guerra irregular, sino también el de "correos estratégicos". Un papel fundamental en la difusión de la difusión de las doctrinas contrasubversivas entre las distintas potencias occidentales a nivel mundial.

Francia es la primera en teorizar su propia "doctrina de la guerra revolucionaria" (DGR). Los principales exponentes de este pensamiento estratégico son un puñado de coroneles que compartieron la experiencia de la guerra en Indochina, como Charles Lacheroy (de quien se cree que fue el inventor del mismo concepto de "guerra revolucionaria")*, Jacques Hogard, Roger Trinquier. Pero tras la derrota de los franceses en Argelia será Estados Unidos, bajo la presidencia de Kennedy, quien revisará las tácticas y técnicas de la guerra irregular desarrollando su propia doctrina de contrainsurgente (ACUÑAR).

La cuarta y última fase, que coincide con la derrota de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, marca la desaparición paulatina de la gran estrategia irregular occidental. Pero otra causa de su declive es el desprestigio que ha golpeado a las democracias occidentales tras el uso en el territorio nacional de prácticas irregulares, que contradicen el estado de derecho, para reprimir al "enemigo interior".

Sin embargo, la guerra irregular sobrevivió cíclicamente hasta finales del siglo pasado en las prácticas de acción clandestina y terrorismo internacional. Para luego resurgir al estallar los conflictos a principios del siglo XXI. Conflictos que, según el autor, pillan desprevenida a la comunidad estratégica occidental, que no ha sido capaz de comprender ni adaptarse a las transformaciones que se han producido en los nuevos Teatros de intervención. Piense en las fuerzas armadas estadounidenses empantanadas en Irak y Afganistán.

Pero serán precisamente las dificultades de Estados Unidos en estos Teatros las que provocarán un renovado interés en la guerra irregular en los círculos militares estadounidenses y en los grupos de expertos estratégicos, como la Corporación RAND. Esta reflexión estratégica, y sus consecuencias en las prácticas militares, ofrecerá un aporte fundamental para la elaboración de la “doctrina Petraeus” sobre contrainsurgencia, que será codificada en la publicación doctrinal del Ejército de EE.UU. Manual de Campo 3-24 (Operaciones de contrainsurgencia) de diciembre de 2006.

Sin embargo, este resurgimiento de la estrategia irregular sin una reflexión política sobre las cuestiones que subyacen a los conflictos puede haber llevado a Occidente, tras la retirada de las fuerzas estadounidenses de Irak en 2011 y el final de la misión de la OTAN en el país en 2014, a considerar ahora estrategias no convencionales. la guerra como fuera del horizonte estratégico.

Pero, advierte el autor, la irrupción en el escenario internacional de las “revoluciones árabes” o el estallido de la crisis de Ucrania en 2014, con el recurso de Rusia a fuerzas especiales y mercenarios, acciones clandestinas y una virulenta campaña de desinformación y de guerra psicológica, demostrar que la guerra irregular no había desaparecido.

En el Epílogo, Tenenbaum advierte contra el grave error de considerar "la irregularidad como una cuestión estratégica temporal": "es una parte integral del espectro del conflicto a la par de la disuasión nuclear o la guerra convencional" (p. 413).

Un trabajo preciso construido sobre una impresionante cantidad de investigación en los archivos franceses, estadounidenses y británicos, el de Élie Tenenbaum, que puede convertirse en la obra de referencia para cualquier persona interesada en una forma particular de guerra, hoy más relevante que nunca.

Nicola Festa

* Sobre Charles Lacheroy, permítanme deferir a N. Festa, Lacheroy, teórico de la "Guerra Revolucionaria", Historia en Red, 1 de febrero de 2016, http://www:storiain.net/storia/2016/02.