Francesca Ronchin: Hypocresea - Las verdades ocultas detrás de los clichés sobre la inmigración y las ONG

francesca ronchin

Ed. Aliberti, Reggio Emilia 2022

pp. 298

“Lo que sucede en el mar cuando se realizan rescates es mucho más de lo que se nos muestra. Nos muestran a los migrantes, las imágenes agitadas de los rescates, las lágrimas, el sudor, la lucha entre la vida y la muerte. Todo documentado por personal de ONG y decenas de periodistas que abordaron estos barcos, con fotos y videos. Pero eso es solo una parte de la historia..." Así, la autora, periodista, inicia este libro de investigación suyo donde cuenta lo que vio con sus propios ojos, como cuando se embarcó en el Acuario, perteneciente a la ONG SOS Mediterráneo, donde vio cosas que las imágenes oficiales nunca mostraron. De hecho, durante una operación de rescate aparecieron unos personajes, definidos como pescadores, pero no lo eran.

“Tan pronto como los rescatistas trasladan a los migrantes de los botes al barco, los 'pescadores' se abalanzan sobre los botes como chacales en busca de motores, preciadas latas de gasolina y chalecos salvavidas. Es evidente que no están para jugar con redes y cañas de pescar y que son piezas de la máquina de tráfico de personas. Ninguno de los innumerables periodistas que abordaron los barcos de socorro los inmortalizó”. esto porque "los trabajadores humanitarios, y con ellos una porción dominante del mundo de la información, tienden a mostrar solo aquellos aspectos del fenómeno migratorio que son funcionales a una narrativa dada".

Un libro a contracorriente por tanto, como ya se puede intuir por el título, donde Ronchin expone puntos de vista incómodos sobre el mundo que gira en torno a los barcos de las ONG y los migrantes, término este último que "al subrayar un deseo inexistente de nomadismo, falsea las verdaderas motivaciones de quienes abandonan su país".

Hasta hace unos años eran de uso común términos como inmigrante, extracomunitario, clandestino, “Hoy suenan anticuados y hasta ofensivos. En su lugar se ha abierto camino el migrante más moderno y ecuménico”.

Las naves de las ONG, según la vulgata, “se describen como una presencia necesaria desprovista de sombras y efectos negativos”, inmigrantes, por otro lado, como “la solución a los problemas económicos y demográficos de Italia. Una narrativa útil para convencernos de que la inmigración es buena y correcta. Un hermoso cuento de hadas” por tanto, lo que sin embargo no convence a la autora que, de hecho, se pregunta: “¿Cómo es posible que economistas autorizados sigan sosteniendo que los migrantes pagarán nuestras pensiones, cuando hay miles de migrantes regulares que viven de su ingenio, trabajos clandestinos, la vida cotidiana dentro de las paredes desconchadas de algún edificio ocupado y alojamientos improvisados? Si esta es la condición de quienes poseen documentos regulares para vivir en Italia, y mucho menos de los demás". Por no hablar de que, como afirma Federico Rampini en el prefacio, “Cuando la mano de obra es abundante porque se incrementa cada año con la llegada de extranjeros, los patrones tienen la sartén por el mango y pagan salarios bajos. Si, por el contrario, la mano de obra es escasa, el trabajador tiene más poder de negociación y obtiene una mejor remuneración. En otras palabras: la inmigración es un regalo del cielo para los patrones, un detrimento para las clases trabajadoras”.

Sin embargo, en lo que respecta a los barcos de las ONG, el autor siempre reflexiona, “¿De verdad pensamos que un bote saldría con unas condiciones meteorológicas prohibitivas y olas de seis metros de altura, si no hubiera alguien en el mar capaz de rescatarlo? Los contrabandistas son delincuentes sí pero también son empresarios, tienen que llegar a fin de mes y no tienen ningún interés en enviar a los migrantes hacia un suicidio garantizado. Por lo tanto, existe una fuerte sospecha de que los barcos de las ONG están actuando como factor de atracción, es decir, que su presencia en el mar puede facilitar la salida de los migrantes, tanto es así que alguien los ha definido como taxis marítimos, desencadenando las reacciones de indignación de algunos diarios, “reacciones, al parecer, iguales a las que podría desencadenar un acto sacrílego”.

la tesis de que “cuanto mayor sea el número de vehículos de emergencia y su proximidad a la costa libia, mayor será el número de salidas y por tanto de muertos”tiene su propia lógica. Por otro lado, no tiene una lógica propia para sostener que “básicamente, el migrante que llegó en el barco se ha convertido en un héroe y será él quien nos salve”, tesis de quienes afirman que los inmigrantes pagan nuestras pensiones y hacen trabajos que los italianos ya no quieren hacer y, también afirman que los italianos sobrestiman la proporción de la población de inmigrantes (es decir, tienen una percepción equivocada del fenómeno, cuestionando así la credibilidad de tesis contrarias a las suyas), no toman en absoluto en cuenta las tesis de quienes, por otra parte, afirman que los inmigrantes, además de ser una carga para los el bienestar de tu aveempeorar la situación delictiva.

Sin embargo, lo que debe quedar claro, argumenta el autor, es “que para ser contribuyente no basta con aterrizar en Lampedusa, sino que se necesita tener un trabajo y, lo que no es un hecho, también estar en regla”. La inmigración, sólo bien gestionada, podrá contribuir "un gran aporte a la economía de un país y también a su riqueza cultural" ya que permitirá al inmigrante integrarse y constituir un recurso precioso. Si, por el contrario, intenta convencer a los italianos de que la inmigración siempre es necesariamente algo bueno, continúe “contar cuentos de hadas, entonces, ¿por qué y para quién lo hacemos?”

Gianlorenzo Capano