Los rusos en Malí: de la retirada francesa a los nuevos equilibrios en el Sahel

(Para filipo del monte)
12/05/22

En la política, donde rige la ley de hierro del equilibrio de poder, cada espacio que antes se dejaba vacío lo llena alguien que aprovecha las oportunidades.

Es lo que ha ocurrido en Malí, donde Francia libraba hasta hace unos meses una cerrada lucha contra los grupos extremistas islámicos, hasta que con la llegada al poder de la junta militar, París decidió desvincularse de Bamako y trasladar el centro de gravedad de su apuesta en África hacia Níger y el Golfo de Guinea. El clímax de la crisis franco-maliense llegó en enero, cuando la junta militar de Bamako expulsó al embajador francés y Macron saltó al agua para anunciar la retirada de las tropas.

Ya en junio de 2021, Francia había anunciado la interrupción de la cooperación militar con Malí (ver artículo) sin, sin embargo, abandonar el país que sigue siendo estratégico para París. El objetivo del Elíseo era involucrar a los aliados más cercanos, incluyendo Italia, para asumir mayores responsabilidades militares no solo en Malí sino en general en todo el África subsahariana.

La reconfirmación de Emmanuel Macron en el Elíseo puede ser el presagio de escenarios política y militarmente importantes en la región del Sahel ya que, sin embargo, sin perjuicio de la necesidad de reducir los compromisos y costes de la presencia militar "unilateral" de París en África (como solicitada por una amplia parte de la opinión pública), los franceses podrían volver pronto a llamar a la puerta de sus socios pidiendo un esfuerzo conjunto para la estabilización de una región que no es sólo un "santuario" del terrorismo islámico militarmente organizado, sino también un ruta de tránsito baricéntrica para el tráfico de seres humanos y uno de los puntos de referencia para el mercado de piedras raras y fuentes de energía.

También para Roma, no sólo a la luz del Tratado del Quirinal, sino también por intereses nacionales, sería no sólo necesario sino obligatorio participar, con un papel de primera importancia, en un dispositivo multinacional (de facto liderado por franceses) en el Sahel, manteniendo presentes los riesgos implicados (ver artículo).

La retirada de Francia en Malí fue explotada por Rusia en el contexto de la política de proyección africana del Kremlin, cuestión que volvió a la palestra con el inicio de la guerra en Ucrania el pasado 24 de febrero (ver artículo). En diciembre de 2021, los mercenarios rusos del Grupo Wagner supuestamente instalaron su propia base de operaciones en el aeropuerto internacional “Modibo Keïta-Sénou”, ubicado a 11 kilómetros de Bamako y que también alberga una base de la fuerza aérea maliense.

Los mercenarios de Wagner operan en Malí oficialmente como instructores y asesores de la Fuerzas Armadas de Malí (FAMA) y no tendría la autorización para participar directamente en los combates (y por lo tanto para realizar de facto las operaciones). En realidad, sin embargo, la presencia sobre el terreno de los que en la correspondencia militar maliense se denominan "instructores rusos" se constata a partir de varias fuentes. En concreto, entre febrero y abril, los mercenarios de Wagner habrían tomado parte en los combates contra las fuerzas del Jamaat Nusrat al Islam wa al Muslimin (JNIM), liderando a las tropas de FAMA a la batalla.

A lo largo de un amplio cinturón que va desde la frontera con Burkina Faso y Níger, hasta la frontera occidental con Mauritania y también las ciudades del norte de Malí, incluida Tombuctú, se han avistado grandes patrullas mixtas malienses-rusas que han llevado a cabo operaciones contra los islamistas presentes en la territorio y también contra etnias sospechosas de haber brindado apoyo directo a las JNIM. Las principales acusaciones vertidas contra el gobierno de Bamako por ONG y la diplomacia occidental -en particular británica- están vinculadas a la operación de la "policía militar" contra los pastores de la comunidad pehul en Moura, un pueblo de la llanura de Níger, que nunca mencionan abiertamente. el nombre de Wagner. Moura se encuentra en una zona controlada por la JNIM desde hace años y sujeta a la Sharia.

El 27 de marzo, tropas malienses dirigidas por "instructores rusos", supuestamente, después de un breve tiroteo con milicianos islamistas, detuvieron a civiles y llevaron a cabo ejecuciones sumarias de cientos de hombres sospechosos de ser simpatizantes de los terroristas. Sin embargo, aún continúan las investigaciones para conocer el desarrollo real de los hechos.

El 19 de abril, militantes islamistas tendieron una emboscada a una patrulla mixta ruso-maliense en Hombori, al sureste de Tombuctú, mientras que las FAMA lideradas por mercenarios rusos se vieron envueltas en un importante enfrentamiento entre las aldeas de Mondoro y Boni, en el sur/suroeste de Tombuctú el pasado 23 de abril, con la muerte de un ruso y la herida de otros cuatro.

Los pilotos rusos también habrían estado conduciendo helicópteros de asalto malienses que participaron en redadas relacionadas con operaciones militares en el centro de Malí en febrero. Todo esto fue informado en una exclusiva del diario británico "The Guardian" (v.link) de 6 de mayo.

La guerra de Ucrania ha puesto inevitablemente de relieve la arraigada presencia militar de Wagner -y por tanto del Kremlin- ​​en África, generando no sólo una campaña de propaganda destinada a demostrar la conexión entre la política africana de Rusia y el vertiginoso colapso de los derechos humanos en los países del Sahel aliados de Moscú, pero obligando también, aunque sea a corto plazo, a revisar las prioridades estratégicas occidentales en el continente negro.

La retirada occidental (que en África, en esencia, significa "europea") se inició poco antes de que la historia volviera violentamente a escena con la invasión rusa de Ucrania y por tanto con la revalorización de la importancia del "frente sur" del choque global que Occidente se enfrenta a las potencias revisionistas. Igualmente, en el sur global, Rusia intentará jugar un papel protagónico en la toma de esos espacios que le son negados en otros lugares, con intereses que no son necesariamente complementarios a los de China. Y en África esta diversidad de intereses geopolíticos entre Rusia y China podría surgir más que en otros lugares, al igual que en Europa parece que las dos potencias pueden actuar de forma concertada.

Imagen: Twitter