El enigma argelino (segunda parte)

10/02/23

Las relaciones entre Argelia y la UE han crecido mucho pero persisten los problemas, también por los términos del acuerdo comercial con Bruselas, iniciado en 2002, considerado por Argel demasiado desequilibrado a favor del bloque económico continental. Estas relaciones no pueden obviar un nuevo y polémico capítulo con un importante (¿antiguo?) socio, España, que se ha abierto a raíz del expediente del Sáhara Occidental, la implicación de Marruecos, enemigo ontológico de Argelia.

En plena epidemia de COVID 19, el gobierno español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez (elegido en diciembre de 2022 al frente de la Internacional Socialista, tras replegarse en una dudosa candidatura, aunque no oficialmente expresada, a la presidencia de la Unión Europea). consejo o incluso secretario general de la OTAN, que se implementará después de las elecciones generales y para preparar una posible derrota política), hizo que el jefe del Frente POLISARIO llegara a bordo de un avión militar argelino a la base aérea de Zaragoza en abril de 20211, quien, gravemente enferma de COVID, necesitaba tratamiento.

El hombre, dotado de un pasaporte diplomático argelino con nombre ficticio, es ingresado discretamente en un hospital de Logroño (una pequeña ciudad del norte de España) y sometido a tratamientos médicos, complicados por sus condiciones previas (sufriría problemas cardíacos y oncológicos ) . La decisión de hospitalización, luego volcada sobre los hombros de la entonces ministra de Asuntos Exteriores María Aránzazu "Arancha" González Laya, se tomó en realidad con el aval político al más alto nivel del Gobierno español y con la implicación de los ministros del Interior, Defensa, justicia.

El secreto de la hospitalización dura unos días, gracias a la extensa red de informantes que tengo servicios marroquíes tienen en España, gracias también a los numerosos emigrantes que residen en la Península Ibérica (según medios españoles, generalmente siempre 'convencidos', con buena voluntad o con la amenaza de represalias a las familias en casa, de colaborar con la red consular marroquí) y, según informan otros medios, también por una revelación de servicios franceses.

La noticia desata la ira de Rabat que, tras el reconocimiento de sus reivindicaciones sobre el Sáhara Occidental por parte del presidente saliente Trump (con una declaración sin valor jurídico, pero que Rabat intenta vender como un asunto de Estado y no como una "declaración improvisada de un personaje desacreditado y que la administración Biden parece claramente avergonzada de apoyar y compartir"), aprovecha para que el otro gran objetivo estratégico de su campaña sea reconocido en ese territorio, que es contar con el apoyo de la antigua potencia colonial y cerrar un expediente abierto durante mucho tiempo y extremadamente costoso, tanto política como económicamente, ligado a los enormes gastos de cabildeo a nivel mundial y el mantener a miles de soldados para guarnecer la 'berma', la línea fortificada que corta el Sáhara Occidental en dos (60% y 40%).

Con una estrategia bien pensada, donde una amplísima campaña mediática (donde destacó, como siempre, el indecible 'Jeune Afrique'), declaraciones de periodistas, políticos (generalmente exministros), diputados y eurodiputados españoles, franceses y de otros países, todos 'sensibles' a las razones marroquíes, acompañado de una verdadera invasión de inmigrantes marroquíes en mayo de 2021 que desembarcan en las playas de Ceuta, enclave español (junto con Melilla, en la costa mediterránea de África, ambas reclamadas por Marruecos) abriendo una gravísima crisis.

El contexto de la invasión de inmigrantes ilegales merece algún detalle. En la noche del 16 de mayo de 2021, circularon rumores en las localidades marroquíes cercanas a la frontera con Ceuta de que las fuerzas de seguridad de Rabat habían relajado el control de la frontera y permitido el paso de migrantes. Según declaraciones de la policía española, las fuerzas de seguridad marroquíes mostraron una "pasividad inusual", originada según el gobierno de Rabat, del cansancio "de las celebraciones del fin del Ramadán" (Sic).

Las imágenes de los aproximadamente 8.000 inmigrantes marroquíes y subsaharianos (muchos menores no acompañados) intentando entrar en la ciudad española de Ceuta se viralizaron en las redes sociales, mostrando la realidad de Marruecos donde muchos de sus súbditos -al parecer- sólo esperan la mínima posibilidad de emigrar.

En otras ocasiones se habían producido avalanchas de (únicamente) inmigrantes subsaharianos que, en circunstancias sospechosas, atacaban las fronteras de Ceuta y Melilla, pero (casualmente) siempre coincidiendo con las tensiones entre Madrid y Rabat, esto cuando el normal flujo de inmigrantes clandestinos, ya sean marroquíes y/o subsaharianos, no se detiene nunca hacia los dos enclaves, el archipiélago canario y la España peninsular.

Paralelamente, el gobierno marroquí, que convocó al embajador español para manifestar su repudio por la acogida de Ghali (presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, ndr), e incluso consideró -según fuentes periodísticas- conceder asilo político al líder del movimiento independentista catalán Carles Puigdemont. Por su parte, el Ministerio de Exteriores español justificó la acogida de Ghali "por razones estrictamente humanitarias".

Karima Benyaich, embajadora de Marruecos en España (junto al rey, y que sustituyó a su hermano, Mohamed, que se había burlado y criticado duramente a las corporaciones locales españolas que apoyaban al POLISARIO llamándolas 'municipalistas', para pasar a formar parte del Gabinete Real, en encargado de las relaciones con España...), emitió una declaración muy dura y volvió a 'consultas'. El 20 de mayo de 2021, el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, confirmó que la ira de Rabat procedía del traslado (del que Rabat no había sido informado con antelación y sin su aprobación) de Ghali, protestando que fue recibido en España con un falso pasaporte e identidad.

Destacados medios españoles alegaron que Rabat estaba chantajeando y castigando a España para obligarla a adoptar la posición de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, tras apoderarse de la casus belli de haber acogido a Ghali.

El Gobierno español, que habría hecho caso omiso de la alarma de sus servicios (habrían registrado actividades preparatorias por parte marroquí) empeora sustancialmente su posición, mostrando toda la ligereza de la elección de acoger a Ghali sin prever las evidentes reacciones marroquíes y la debilidad estructural de su estructura gubernamental (en el Gobierno de coalición liderado por los socialistas se encuentra Podemos, partido muy próximo al POLISARIO, mientras que el PSOE, partido líder de la coalición, es más conciliador a partir de la gestión de Zapatero).

Temeroso de más represalias de Rabat, como el cierre del Oleoducto Europa Magreb (o incluso Pipeline Enrico Mattei) que lleva energía desde los yacimientos de gas de Argelia hasta la terminal de Tarifa (sur de España), atravesando el norte de Marruecos por el Estrecho de Gibraltar, firma un acuerdo con Argel para aumentar la capacidad del gasoducto Medgaz que desde Orán (Beni Saf) llega a la costa mediterránea de Almería (que, aunque más reciente, tiene una capacidad inferior a la del GEM) y para entregar otras grandes cantidades de gas licuado a las terminales de regasificación costeras españolas a través de gaseros.

La opción se muestra de inmediato insuficiente: muestra aún más las dificultades estratégicas de España y su corta visión. La crisis también pone en aprietos a Marruecos, a pesar de una ostentosa seguridad (sobre todo interna) que, tras perder los cánones por el paso del gas por su territorio, multiplica la búsqueda desesperada de fuentes alternativas de energía, en verdad con escaso éxito, para apoyar su frágil economía.

Mientras tanto, el Gobierno español multiplica los gestos de Apaciguamiento hacia Marruecos, comenzando por la sustitución de "Arancha" González Laya por el desconocido diplomático José Manuel Albares, muy cercano a Sánchez, del que ya había sido asesor diplomático. Este, llamado uno spin doctor (título abusado según muchos, dada la marginalidad del gobierno de Sánchez tanto en Europa como en el Atlántico), comienza una serie de declaraciones a favor de la normalización con Marruecos, pero Rabat, jugando como Erdogan con la OTAN respecto a Suecia y Finlandia, mantiene alto el precio, seguro de que conseguirá lo que quiere, es decir, el fin de la neutralidad (o como dice el ministro de Exteriores marroquí Bourita, "salir de la zona de confort" y no tomar partido a favor de Rabat para no enemistarse con Argel ) sobre el Sáhara Occidental.

En mayo de 2022, el presidente del Gobierno español escribió una carta (que se suponía que debía permanecer "confidencial"...) al soberano marroquí elogiando en términos muy fuertes la iniciativa de Rabat de otorgar solo autonomía a la disputa 53a antigua provincia española y considerarla como la única opción para cerrar el asunto, cerrando la puerta a cualquier apoyo a la opción del referéndum. La carta, cuyo contenido no parece haber sido discutido ni con el gobierno ni con el parlamento (según el espíritu de la Constitución), hecho público por Marruecos enfurece aún más a Argel que había prohibido a Madrid vender el gas comprado en Rabat, amenazando con rescindir definitivamente el contrato y -poco a poco- suspender todos los contratos que las empresas argelinas tenían con exportadores españoles.

Madrid lidia con la recesión económica y está girando a todas las puertas buscando ayuda desesperadamente. Más allá de las palabras vacías de apoyo de la UE, Sánchez y la ministra Albarez reciben puertas en sus narices y, de especial relevancia, las francesas e italianas.

Ante la coyuntura Madrid, para huir de la presión económica que corre el riesgo de convertirse en política (de Argel), se pone a cubierto comprando gas licuado a un precio aún más elevado que el argelino, corregido al alza durante la crisis, a EE.UU. y sigue siendo un importante comprador de gas ruso (sic). Sobre el media vuelta de Madrid (o para hablar elegantemente, el "péndulo") ha sido muy discutido y escrito. Esto sería parte de la fase dos de la presión marroquí sobre España.

Aquí también es útil una breve reseña histórica.. La presión de Rabat sobre España está asociada a la democratización de Madrid tras el franquismo: nada más malo. El fogoso franquismo sólo tuvo mano dura con la oposición interna mientras que ante la presión marroquí sólo recogió humillaciones. Ya en 1956 cuando Marruecos recuperó el control del Rif, y las poblaciones locales no querían pasar de una ocupación extranjera a la de Rabat, percibida como equivalente, se levantaron en armas; las tropas españolas en la zona, enfrascadas en una larguísima evacuación (que finalizó recién en 1962), cooperaron con las marroquíes. La única excepción fue una operación militar corta pero difícil, 'Ouragan'-'Ecouvillon'/'Huracán'-'Teide', llevado a cabo con la Francia democrática en febrero de 1958 en el sur de Marruecos, el Sáhara Occidental y el suroeste de Argelia, contra elementos armados cercanos a Rabat.

Según fuentes confidenciales, Marruecos, a través de la troyano 'Pegasus' (made in Israel), habría interceptado los datos contenidos en los smartphones de altísimos mandatarios españoles (primer ministro, exterior, interior, defensa y justicia) y el de Sánchez, además de secretos de Estado, hubo datos comprometedores sobre los intereses económicos de su mujer en Marruecos.

Marruecos está acusado por un consorcio de investigación de periódicos y periodistas internacionales de haber utilizado también el 'Pegasus' para espiar al presidente Macron y otros altos funcionarios del Hexágono y crear una temporada fría diplomática.

La ira de Macron fue tal que París, además de un enfriamiento de las relaciones con Rabat y una reducción sustancial del número de visados ​​concedidos (considerados por Marruecos como un derecho adquirido y susceptible únicamente de aumentos y atenuaciones de los parámetros y sus de Argelia), congeló la cooperación diplomática, de seguridad e inteligencia con Tel Aviv.

En octubre de 2021, el asesor de Seguridad Nacional de Israel, Eyal Hulata, tuvo que viajar a París para poner fin a la crisis y separar responsabilidades sobre el uso de la troyano. Rabat siempre ha negado utilizar el 'Pegasus', pero siempre ha dicho que protegerá sus intereses.

Además de esto, es fácil pensar cuáles son las razones del cambio radical de posición española (definido por Marruecos como una prueba de sabiduría y pragmatismo), nunca aclarado por Sánchez, que empujó a Madrid a lo que el POLISARIO, que reaccionó con furia a la nueva posición de Madrid (rechazada, todo hay que decirlo, por la opinión pública y un gran número de entidades locales que siguen apoyando al Frente) la considera un abandono y una traición. Un engaño similar al del agonizante franquismo en noviembre de 1975 que cedió ante la presencia de miles de civiles reunidos en la engranaje verde (foto) organizada por el difunto padre del actual soberano, Hassan II, que (¡como gran jugador de póquer!) se había dado cuenta de que la agonía de Franco paralizaría la acción española y contaba con la fobia anti-URSS de Henry Kissinger que temía que el Sáhara Occidental, una vez independizada, habría sido un peón de Moscú y los puertos de la antigua colonia de Madrid habrían acogido a la armada soviética para amenazar el comercio occidental en ese tramo del Atlántico.

Detrás de los miles de civiles estaba todo el ejército marroquí, en ese momento sólo 20.000 soldados fuertes y con armas ligeras, que fácilmente podrían ser derrotados por las tropas de Madrid, la mitad de fuertes, pero mucho más pertrechadas (aunque poco motivadas, excepto el Tercio de Extranjeros, la Legión Extranjera) y que los 'marchers' sólo entraron en la colonia española unos pocos kilómetros.

Tras la carta de Sánchez, las relaciones con Rabat empiezan a mejorar lentamente, aunque Marruecos, sintiéndose en una posición ventajosa, sigue manteniendo contra las cuerdas a España, que intenta evitar otras invasiones como la de Ceuta y satisfacer los deseos de su agresivo vecino del sur.

Muchos expertos creen que Marruecos está utilizando a los inmigrantes, no sólo a los marroquíes, sino también a los miles de subsaharianos que sobreviven en los bosques cercanos a Ceuta y Melilla, repitiendo lo que hizo Gadafi con Italia y hoy Turquía con Europa.

Para completar la historia, el Parlamento Europeo votó, por su bondad, votó una moción que condenó el uso político de los migrantes, juntando el caso español, la caótica Libia y Erdogan. La prensa marroquí se regocijó porque fue 'simplemente' aprobada por una mayoría, por lo tanto inválida, para Rabat (sic).

Madrid, además de dificultar la vida de los activistas saharauis en España y utilizar pequeños trucos legales para reducir el periodo de vacaciones de verano de los menores saharauis que viven en los paupérrimos campos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia), acogidos por familias españolas, sigue promover un flujo ininterrumpido de recursos financieros a Rabat, invirtió la dirección del gasoducto GEM para traer gas natural comprado a EE. UU., Emiratos Árabes Unidos y Qatar a Marruecos. Todo ello con la esperanza de que Rabat renuncie a sus pretensiones sobre Ceuta, Melilla (e islas relacionadas), mostrando de nuevo lo poco que España conoce Marruecos, que nunca desistirá de sus pretensiones, bajo ningún concepto.

Rabat ha usado, usa (y usará) Ceuta y Melilla como chantaje contra España y como elemento cohesionador de llamamiento patriótico para su población, nutrida de un nacional-imperialismo exagerado desde la independencia y sobre todo, como medios de distracción masiva.

Como se mencionó anteriormente, Madrid ha estado buscando hasta ahora sin éxito a los lados italiano y francés para mejorar sus relaciones con Argelia, que el verano pasado también llamó a consultas a su embajador en España en respuesta a las declaraciones de Sánchez.

Parece improbable que un Gobierno conservador en España, tras las próximas elecciones generales (previstas para este diciembre), en caso de victoria sobre la coalición en el poder, lleve a una retirada formal de la declaración de Sánchez, como piden el POLISARIO y Argelia.

Marruecos demuestra que no mira a la cara a nadie y utiliza la tarjeta económica para forzar la aceptación de su presencia en el Sáhara Occidental como condición para proceder con los acuerdos comerciales, según lo dicho por el rey Mohammed 6o en un discurso del pasado 21 de agosto, que la cuestión del Sáhara (sin mencionar la palabra "occidental", por supuesto...) es el prisma a través del cual Marruecos mira al mundo y se relaciona con él, formalizando lo que ya tenía claro desde hace tiempo.

Lo más que puede hacer un gobierno popular/conservador es tratar de poner la declaración de Sánchez en un segundo plano y/o dormir, pero es difícil esperar que Rabat se conforme con una declaración sin exigir una acción sustancial, como abrir un consulado español en su antiguo colonia Casi un millón de emigrantes marroquíes viven en España, muchos con nacionalidad española y ningún partido quiere apostar por un electorado potencial, que se muestra 'sensible' a los 'consejos' de la red de sus 12 consulados.

(Continuación)

Leer: "El enigma argelino (primera parte)"

Leer: "El enigma argelino (tercera parte)"

Leer: "El enigma argelino (cuarta parte)"

1 Movimiento independentista de la antigua colonia española, formado en mayo de 1973, que luchó inicialmente contra Madrid y desde 1975, tras la precipitada salida española, lucha contra Marruecos que reclama su soberanía desde 1956, cuando obtuvo la independencia de Francia y ésta de España, que gestionó, en distintas zonas, el protectorado a partir de 1912, y entre 1975 y 1979 también contra Mauritania, que se había repartido los restos junto a Marruecos y que, derrotada por el POLISARIO, se había retirado de la batalla con un humillante tratado de paz firmado en Argel.

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