20 Julio 1866 sucedió: Batalla de Lissa

20/07/14

El alba es mal tiempo con una amenaza del libeccio. En 07, las naves del Almirante Albini frente a Porto Carober con balsas, barcos de vapor y lanzas en el mar están esperando la orden de aterrizaje ahora inminente para la llegada de los hombres de la infantería de la marina 500 bajo el mando del Coronel Francesco Magnasco del vapor del Piamonte.

A las 07.50 el aviso de explorador enviado con antelación señala la aproximación desde el NE del equipo austríaco (siete fragatas blindadas, siete unidades no blindadas, nueve cañoneras y avisos de cuatro ruedas) del Almirante Tegetthoff; Se cancela el desembarco, Piamonte con sus 500 hombres se dirige a Manfredonia y las unidades del Almirante Persano dispersas en las aguas de la isla intentan disponerse en una línea de frente perpendicular a la dirección del enemigo con el equipo del Almirante Albini se quedó en la parte trasera. Después de haber señalado a sus unidades para que actuaran, el almirante Persano realizó un transbordo en el Sinker junto con parte de su personal sin ninguna señal, creando confusión por un tiempo en el despliegue italiano que presenta vacíos que las unidades luchan por llenar. El almirante austriaco se aprovecha de ello cuando entra en el despliegue italiano. A partir de este momento la acción se convierte en una serie de refriegas individuales a distancias cortas en las que la espuela juega un papel importante al anular la mayor potencia de fuego de la artillería italiana. El rey de Italia embestido por Erzherzog Ferdinand Max se hunde mientras que el Palestro bajo fuego se hundirá poco después; en el lado austríaco, el buque Kaiser, reducido a un mal comienzo por la acción combinada del Rey de Portugal y el Sinker, abandona la batalla rumbo a Lissa. Alrededor de las 11.45 horas termina la acción y los dos contendientes intentan reorganizar sus respectivos equipos; en esta coyuntura las señales al almirante Albini, que permaneció inactivo durante el combate, para que cazar al enemigo no tienen efecto, por lo que los dos bandos se enfrentan, mirándose fuera de alcance hasta que por la tarde se retiran sin un punto muerto. Una batalla inconclusa; Persano está desmoralizado y Tegetthoff, satisfecho de haber liberado a Lissa del asedio italiano, no tiene intención de reanudar la lucha.

El enfrentamiento es el primero entre barcos blindados que tiene lugar en Europa. El comandante del Rey de Italia, capitán de barco Emilio Faà di Bruno, y el del Palestro, capitán de fragata Alfredo Cappellini, desaparecidos con sus barcos tras una encarnizada lucha, recibirán la medalla de oro al valor militar en memoria. El pañuelo negro que todavía llevan los marineros italianos indica el duelo por la batalla de Lissa. Por la mañana la flotilla del Comandante Sandri, dejada sin carbón, es enviada a Manfredonia a remolque de Guiscardo, de Independencia y de Washington, este último con un cargamento de heridos que serán desembarcados en Ancona el día 22.

En 15 al día siguiente, las unidades de Almirante Persano caen en Ancona aceptado por las personas con ira y la hostilidad de manera que las tripulaciones se les prohíbe ir a tierra. Y esto entre la desilusión y la irritación de los oficiales y tripulaciones por el desafortunado resultado del choque de la mañana del día anterior y la falta de reanudación de la pelea en la tarde.

Para esta historia el martes 31, Ministro Depretis requiere fiscal general militar en el Tribunal Supremo de la guerra, Camillo abogado Trombetta, de iniciar un procedimiento en el día de Lissa con el fin de evitar la propagación incontrolada de los cargos a la Marina y al mismo sometiendo solo al almirante Persano a procedimientos penales.

Fuente: Marina Militar